¿Nueva oportunidad?

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-Muja-

Hoy será mi primer día de trabajo, tengo que esforzarme y todo saldrá bien.

Aún recuerdo cuando me gradué, fue un día muy bello. Ese año fue uno de los mejores y pude cumplir con casi todas mis metas y sueños del Instituto pero me faltó solo una, yo nunca le pude confesar mi amor a un chico porque nunca se dio la oportunidad. Me gustaría conocer a alguien y poder hacer lo que siempre quise.

-Dudo mucho que sea posible...

Caminé hacia la enfermería y comencé a organizar algunos expedientes de los alumnos que se encuentran enfermos.

Terminé bastante rápido porque todos parecían poseer buena salud y no tenía que atender a nadie. Saqué mi agenda y comencé a leer lo que tenía programado para este mes.

-Se supone que obtendré experiencia suficiente para conseguir un trabajo estable si continuo así...

Miré el reloj que se encontraba en la pared.

-6:34 a.m, creo que tengo tiempo.

Salí de la enfermería y comencé a caminar por el instituto como hacía hace algunos años cuando llegaba temprano.

-El lugar cambio un poco... No sabía que teníamos un club de Ocultismo, supongo que fundaron uno nuevo.

Salí del edificio principal y emprendí rumbo hacia el árbol de cerezo.

-Sigue siendo tan hermoso como siempre... -solté un suspiro- Algún día mi oportunidad llegará, espero cumplir ese tonto pero importante sueño.

Regresé ala enfermería y pasados unos minutos me trajeron expedientes médicos de los estudiantes que participarán en las competencias deportivas de esta semana, suplentes y titulares.

-Comencemos...

Habría cada folder, tenía que revisar que ellos no tuvieran alergias a objetos que se usarían, su capacidad física para atenderlos adecuadamente, su tipo de sangre y demás.

En los documentos se presentaba una fotocopia del documento de identidad, sus nombres completos, su año de nacimiento y lugar de origen, tambien sus estados médicos y vivienda, algo que puede llegar a ser muy útil en casos de emergencias.

Sé que es inapropiado pero la verdad es que, al ser todos deportistas, los chicos me parecen bastante atractivos a la vista, sus rostros son simétricos y perfectos. Cuando yo estudiaba los chicos no eran tan guapos, que suerte tienen las chicas de ahora...

-Parece que ninguno tiene algún problema, eso es un alivio... -volví a ver la hora- todavía faltan unos minutos para que lleguen.

Una pregunta comenzó a rondar por mi cabeza, saqué mi celular y comencé a buscar información al respecto.

-No sabía que eran tantos años de cárcel... Acabo de cumplir 20, no creo que exista un problema si salgo con un chico que tenga 18 años, además con la nueva ley no hay mucho problema.

(En el futuro abril del 2022 se aprobará una ley en Japón que reduzca la mayoría de edad de 20 años a 18 como edad legal, en la línea temporal de la historia esta ley ya se aprobó en 2018)

Comencé a escuchar pasos por los pasillos, los estudiantes ya estaban llegando. Me levanté y comencé a organizar algunos medicamentos para tenerlos listos por si algo llega a pasar.

Escuché como la puerta se abrió.

-Recuéstate ahí... -una voz masculina se hizo presente. Pasos se acercaban a mi- Buen día, disculpe pero mi amigo necesita ayuda, ahora él está recostado en una camilla.

-Claro, iré de inmediato.

Cunado di el primer paso mis pies jugaron en mi contra y resbalé, aquel chico me atrapó y ayudó a levantarme pero debido a mi torpeza derramé agua oxigenada en su uniforme.

-Lo lamento mucho, puedo arreglarlo.

-No se preocupe, él necesita más ayuda que yo... iré a quitarme esto.

-Cuanto lo lamento...

Caminé hacia la zona en donde se encontraban las camillas y vi a un chico pelinegro recostado en una de ellas.

-Buenos días, ¿en que te puedo ayudar?

-Yo... -su voz se escuchaba mal y noté su nariz congestionada.

-Traeré un termómetro.

Caminé con rapidez y afortunadamente no caí.

Con una mano toqué la frente del chico, estaba caliente, di un paso y ocurrió lo mismo, caí sobre él.

Su rostro comenzó a enrojecer, estoy segura de que tiene fiebre.

-Tu rostro está rojo tienes fiebre ¿verdad?

Me levanté y puse el termómetro en su boca.

Pasaron algunos minutos en los que ayudé al chico, su nombre era Taro Yamada y al parecer se había enfermado por tomar un helado muy tarde, pobre chico. Nos tendremos que ver seguido por su estado de salud, tal vez y esta pueda ser mi nueva oportunidad.


Lo que sentí el día de mi muerte (Yandere simulator)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora