Prefacio

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Corriendo lo más rápido posible la emperatriz se dirigía, al cuarto de sus hijos, escuchando los gritos de lucha y las espadas chocando de los soldados que peleaban por su Emperador, no muy lejos de ella, alzo su vestido de dormir para tenér mayor movilidad y así poder llegar más rápido a su destino teniendo tropiezos en el camino.

Tomando la manija de la puerta, ingreso al cuarto de sus hijos soltando un suspiro de alivio al ver que aún dormía tranquilamente, no espero tiempo para dirigirse al mayor de ellos, y empezar a moverlo para que despertará.

- " Madre que es lo que sucede, porque estas aquí" - con curiosidad el joven príncipe se preguntaba porque su progenitora lucia desesperada y asustada, mientras lo abrazaba fuertemente.

- ¡ no tengo tiempo de explicartelo hijo, pero tenenemos que salir de aquí en este momento ¡- exclamó con desespero caminado hacia la otra cama donde el segundo príncipe permanecía dormido con su peluche abrazado a él.

- " mi bebé despierta, tu hermano y yo necesitamos que nos acompañes a un lugar" - tomando su mano, la emperatriz lo sacó de su cama sin esperar que este despertará del todo para llevarlo a la puerta y dejar la habitación junto al primer príncipe.

Con precaución la mujer, miró a los alrededores del pasillo, rogando por no encontrase con alguien que no fuera del imperio, sujetando fuerte las manos de sus hijos emprendieron camino al norte del castillo donde estaban los pasadizos secretos que su esposo le había dicho que llevarán a los niños, antes de darle un abrazo fuerte, partiendo al lugar donde se desataba la batalla.

- "mama, porque papá no viene con nosotros" -el menor de la familia habló mirándola con inocencia reflejada en sus orbes verdes, haciendo que su corazón se encogiera de dolor y pena, no podía decirle que posiblemente su padre, a estas altura se podría encontrar herido o hasta muerto, batallando junto a sus soldados para defender el territorio de Veitor.

- " papá ahora está.... trabajando así que no puede acompañarnos" - contestó dándole una sonrisa ladina que intento que se viera sincera a los ojos de su pequeño.

Girando en el último pasillo, se detuvo abruptamente, al percatarse de que a una distancia considerable, se encontraba un soldado de la nación de feugor lo pudo reconocer por su vestimenta roja con negra característica de su Imperio , mordiendo su labio la emperatriz alejo a los príncipes del pasillo haciendo una señal de silencio con sus dedos.

El miedo la estaba abordando, no podían escapar si es que ese hombre se encontraba vigilando la puerta por la cual se suponía que los llevaría por el pazadizo, pero no se podía rendirse tan fácil necesitaba mantenér a sus hijos a salvo, ya que si el acuerdo de paz entre naciones estaba roto, eso significa que necesitaban muertos a cada integrante del imperio de Veitor.

No lo permitiría, no dejaría que feugor y terah tomarán posición de lo que por derecho les pertenecía a los príncipes nacidos bajo el manto de la tierra de vietor .

El sudor resbalaba por su cuello, cuando un grupo de soldados de la nación terah los señaló dirigiéndose hacia ellos.

- ¡ vamos chicos hora de correr! - girando sobre sus talones dejó que sus hijos se adelantaron, mientras ella tomaba una antorcha que estaba en la pared, dejandola caer en la alfombra provocando un pequeño incendio como barrera para que no fueran tras ellos, mientras llegaban al área de la cocina.

Dio vueltas en su lugar, buscando una manera de poder salir de ahí, sin cruzar el pasillo donde posiblemente estaban más soldados a espera de atraparlos.

- " mi señora, por aquí" - el murmuró que escucho la hizo exaltar mirando de que dirección provenía la voz, encontrando una mano agitandose detrás de un gran estante de madera cerca de la pared.

SEMPITERNO ( zodiaco BL) Yaoi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora