La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]

Capítulo 28

Levi:

A pesar de mis palabras, sabía que no me haría caso, que acabaría durmiéndose sobre mí; pero no puedo culparla, nunca esperé que siguiera el ritmo. ¿Cuántas horas han pasado desde la última vez que tuvo una cama? No lo sé, pero demasiadas; no le ha hecho falta nada para dormirse, y ahora que la tengo sobre mí, descansando, mi cuerpo me pide que haga lo mismo, como cada vez que la veo dormir. Intento disipar la idea de mi mente, no puedo acostarme a su lado, abrazarla, esconderme en su cuello y dormir; ojalá pudiera. Deslizo mis dedos entre su pelo, entre su suave y sedoso pelo, y pasan sin ningún problema. Las heridas en mis nudillos siguen ahí, sin haber cicatrizado prácticamente nada, y me recuerdan una y otra vez ese momento en el que creí haberla perdido. Desvío mi vista de ellas, procurando no pensar en ese momento, y vuelvo a fijarme en su cara, que tan solo tiene unos pequeños rasguños, y está tranquila. Eso es lo que debe preocuparme ahora, que está viva. Toco con mi dedo la punta de su nariz, y ella no reacciona; acaricio despacio sus labios, y me muero de ganas de besarla, pero me quedo ahí, estático, acariciando cada centímetro de su cara, durante no sé cuanto tiempo, hasta que Jean aparece entre los árboles, con Marlo y Hitch.

—¡Chicos! 

—¡Shhh...! —sin pensarlo lo mando callar, no quiero que la despierte ahora.

—Lo siento —dice bajando la voz.

Les hago una señal a todos para que se acerquen hacia aquí.

—De acuerdo, entonces nos ayudaréis —digo, dirigiéndome a ellos.

—Sí... —responde Marlo, sin despegar la vista de ____.

—Entonces, escuchad.

—¿No la despertamos? —me pregunta Connie, señalando a ____, mientras yo continúo acariciando su pelo.

—No. Necesita dormir. Más que ninguno de nosotros.

—Todos estamos cansados —me reprocha Mikasa.

—Si la dejara, dormiría más de la mitad del día; no creo que ninguno de vosotros fuerais capaces de dormir tanto. Además, sus capacidades descienden más rápidamente que las del resto cuando no obtiene el suficiente descanso; es muy ágil, tanto mental como físicamente, pero en cuanto empieza a faltarle el sueño, esas habilidades no tardan en desaparecer, y eso puede suponernos un problema a todos. No es ningún tipo de favoritismo, me adapto a las necesidades de todos, a lo que conozco de vosotros, al igual que a ti te dejo ser la primera en correr detrás de Eren, al igual que procuro que Sasha no tenga hambre en ningún momento... Eso implica ser un líder. No consentiré que vuelvas a cuestionarme. Que ninguno de vosotros lo haga. 

Todos se quedan callados.

—Lo siento —susurra Mikasa.

—Comenzaremos la operación al atardecer —empiezo a hablar—. Debemos atacar el punto más débil, menos vigilado. Lo que necesitamos de vosotros, Marlo, Hitch —digo mirando a ambos—, es saber cuál es ese punto. Cómo están organizados, en donde... Todo eso.

Ellos parecen pensar en lo que les digo.

—El mejor lugar... Está bastante lejos —dice Marlo—. Si queremos llegar al atardecer, deberíamos salir cuanto antes.

—¿Cuanto antes? —pregunto, mirándolo.

—Sí... —me responde Hitch.

—Está bien. Levantamos el campamento, recoged todo.

—¡Sí!

Todos se ponen en pie, y hacen lo que he dicho.

—____... ____, despierta —la meneo por el hombro, con delicadeza, y ella se queja—. Vamos, te dije que no te durmieras.