El televisor está encendido
—Nos cortaron el cable.
Ella se encuentra recostada en la cama, apenas y lo mirá, él camina hasta la nevera de dónde toma una lata de cerveza.
Está cansado, fue un día largo en el trabajo y lo último que quiere hacer es pelear con ella nuevamente.
—El día de pago depositaré a la compañía.
Sasuke toma asiento en una de las sillas que se encuentra sobre una pequeña mesa que simula ser el comedor.
—Y...¿Cómo pretendes hacerlo si también tienes que pagar la energía eléctrica, el agua, el gas, tienes que hacer las compras y pagar la renta de este maldito cuarto de hotel?...¿Cómo...
—¡No lo sé maldita sea!...¿Porque no me ayudas un poco con los gastos?, Tu solo te sientas ahí todo el día a mirar el televisor y cuando llegó te quejas sobre qué tan miserable es la vida que te doy.
—¿Y que esperas que haga?.
—Busca un maldito trabajo Sakura.
—Para que me sometan como esclava y me paguen una miseria.
—Bienvenida al mundo real cariño, Sakura, tu ya no estás más en casa de papá y mamá, creí que tenias eso claro cuando aceptaste escapar conmigo.
— Estaba enamorada, no pensé que mi vida sería tan miserable a tu lado.— ella se pone de pie, Sasuke la mira desde su sitio, ella le apunta con el dedo índice mostrando una notable molestia en el rostro.— Tu dijiste que todo estaría bien, dijiste que cuidarias de mí, que no debía preocuparme.
—Bueno, al parecer ambos erramos en ese entonces y justo ahora sabemos que de amor no se vive y que una niña malcriada caprichosa nunca dejará de ser eso.
Las lágrimas comienzan a emanar de las orbes jade de Sakura, el corazón le duele, el dolor la asfixia, es casi como si respirar fuera una jodida tortura. Sasuke toma su chaqueta de cuero y sale de la pequeña habitación que rentan en aquel hotel cerrando la puerta con fuerza detrás de de si.
Suelta al aire algunas maldiciones, camina un par de metros hasta llegar a una tienda de convencía, compra una botella de alcohol barato, se siente miserable, molesto por no poder ofrecerle una buena vida a aquella joven de quién creyó estar enamorado.
Entre trago y trago comenzó a sentirse ebrio, llamo a su mejor amigo, Naruto Uzumaki, quien fuera su compañero de litera en el orfanato, ese dónde su madre lo abandonó siendo apenas un bebé, con una manta y una carta explicando el por qué de aquel abandono, la falta de dinero. Siempre el maldita dinero.
—Es una niña rica, ¿Que esperabas?— Naruto cuestiona después de escuchar los problemas de su amigo, el rubio ofrece una cerveza, Sasuke la toma, ya está ebrio, por qué lidiar con sus problemas le es más fácil con el alcohol.
Sasuke sonríe al recordar cómo fue que conoció a Sakura, él era su chófer, el encargado de llevarla de aquí a allá.
—Ya no puedo recordar que fue lo que me hizo pensar que funcionaria.—Responde honestamente al tiempo que levanta la vista, Sasuke observa a Karin entrar a aquel bar acompañada de sus amigas, la pelirroja le sonríe pues en el pasado ambos tuvieron algo. Y tal vez impulsado por ese recuerdo Sasuke corresponde el gesto.
No es correcto, Sakura lo espera pero aquello ya no es algo que logré emocionarlo.
Después de un par de horas y una decena de tragos, Sasuke se levanta para ir al baño, termina en el callejón besando a Karin, esto lo hace sentir bien, sabe que después vendrá la culpa pero prefiere no pensar en ello, acepta ir al departamento de la chica.