En la tierra como en el cielo.

#02. Un año.

1 año después.

Era un día de emociones.

Hoy era el primer día de el Jardín de Niños para Jhon, al mismo tiempo era mi primer día de trabajo como educadora en el mismo Jardín de Niños; por fin había conseguido el empleo de quería después de trabajar en cualquier cosa para mantener a mis preciosos hijos.

Hace un año que partió el amor de mi vida a otro mundo, pero hace también un año que nació mi pequeña hija Fiorella.

El mismo día en que murió Dex, nació mi pequeña, gracias a ella puede manteneme fuerte por el día, aunque por las noches a veces lloraba lamentando la perdida de mi amado Dex.

—Mami me peinas, porfi.

—Si, Jhon.

Cuando Dex murió, Jhon se deprimió pero al ver a su hermanita mejoro considerablemente. Fiorella vino para traernos fuerza.

Después de peinarlo de lado como a él le gusta, le hecho un poco del perfume que era de su papá, le gusta recordarlo.

—¿Dónde dejaras mi hermanita, mami?

—El director me permitió llevarla hoy pero los demás días la dejaré con su abuelita y cuando salgamos iremos por ella, bebé.

—La extrañaré los demás días, mami.

—Lo sé, pero no puedo llevarla diario. Ahora tomate la lechita y el huevito —cambio de tema para no entristecerlo.

—Si, mamita.

Lo dejo en el sillón para que coma y voy a mí habitación para cambiar de ropa y pañal a mi nena.

Ella se parece a mi. Con ojos azules, aunque ella tiene heterocromia y un ojo lo tiene verde, con grandes pestañas como yo, al igual que la nariz afiladita y respingada, los labios rojos y abultados, las mejillas rosadas y el cabello rubio y lacio, idéntica a mí. Mientras que Jhon se parece a su papá, tiene los ojos color miel, las cejas gruesas, la nariz respingada, los labios rosas y grandes, las mejillas rosaditas y con pecas pequeñas y el cabello negro.

Le pongo un vestido rojo, unas mayas blancas, unos zapatitos rojos y un suéter blanco peludito a mi bebé; le hago dos colitas con el poco cabello que tiene y las adorno con moñitos, le pongo su loción de bebé y crema en sus carita y manitas, la siento en la cama rodeándola con almohadas y le doy el biberón con un poco de jugo de frutas.

Cuando está tranquila, me quito la pijama, gracias al cielo me bañé en la noche. Sin dejar de verla me pongo un vestido negro, de arriba es pegado pero de abajo tiene olanes, me calzo unos stilettos negros y me pongo una chamarra negra. Dejó mi cabello suelto y solo me pongo crema en la cara, un poco de rimel en las pestañas y un brillo humectante, por último me rocío perfume en el cuello.

Agarro un bolso y hecho unos pañales, un cambio de ropa para le bebé, toallitas húmedas, dos baberos, talco y unos zapatitos, después agarro la mochila de Jhon que preparé ayer con crayones, colores, una libreta y otras cosas que le pidieron, finalmente agarro mi otro bolso con lo necesario para dar clases.

—Jhon, bebé, ve y cuida a tu hermanita, voy a dejar esto al carro —le pido y salgo a la cochera dónde está el carro, abro la cajuela y depósito los tres bolsos.

Vuelvo a la casa y agarro la lonchera que preparé cuando me desperté, ahí está el lonche de Jhon, el mío y las papillas y jugos para Fiorella, salgo de nuevo y guardo la lonchera en la cajuela, la cierro y vuelvo a la casa.

Entro a mi habitación y veo a Jhon haciendo reír a Fiorella.

—Que bonitos se ven.

—Tu también mamita —responde Jhon.