The Beacon Civil War

Capítulo 13

Extracto:

En días de guerra; Capítulo final

Octavia Ember

El último día de la guerra amaneció con una increíble sensación de anticipación. Los pergaminos mostraban que salimos victoriosos en seis puntos objetivos contra uno, con dos neutrales y uno siendo la ubicación del tratado de paz propuesto. A medida que pasaban las horas, la falta de movimiento de ambos lados llevó a las chicas a un punto álgido. Se podía ver a los hombres a través de las ventanas con barricadas de la cafetería, mirando hacia afuera como si esperaran un ataque en cualquier momento. Sombras oscuras ocupaban los casilleros y los bancos volcados que formaban las paredes que separaban la cafetería de nuestro propio campamento.

Ninguno de los bandos se atrevió a moverse.

Blake, Comandante de los Ninjas del Amor, había regresado con la primera luz, trayendo noticias de que la biblioteca se había mantenido segura, sin que un solo hombre intentara infiltrarse o tender una trampa. Sus propias fuerzas se habían quedado toda la noche para asegurarlo. A todos los efectos, parecía que los hombres se contentaban con trabajar por la paz.

Pero pocos fueron los que bajaron la guardia por completo.

Este era Jaune Arc, Rey del Norte, se ocuparon. Una y otra vez había mostrado lo que les sucedió a quienes lo subestimaron. Ninguno estaba dispuesto a volver a hacer lo mismo.

Cuando el pergamino parpadeó a las diez menos diez, su alteza se levantó.

" Es el momento".

Yo, su escriba más fiel, me levanté con ella. Sabía que ese día se haría historia y que sería muy afortunado de presenciarlo. Sería la conclusión de la Guerra Civil Beacon y la victoria de las fuerzas femeninas, de una forma u otra.

Por la paz ...

O por conquista.

" Hacemos lo que debemos, no lo que queremos. Ese es el deber que se nos asigna, y yo, por mi parte, tengo la intención de cumplirlo. ¿Quién está conmigo?"

Cardin Winchester

"No estamos solos."

De todas las palabras que quería que Ren dijera mientras estábamos atrapados en medio del territorio enemigo, esas tres no estaban en la parte superior de la lista. De hecho, diría que se clasificaron en algún lugar al final junto a "La señorita Goodwitch está detrás de usted" y "Cuidado, Nora tiene un megáfono". Eso no quería decir que no esperaba que sucedieran esas eventualidades, porque, francamente, lo que Nora quería, lo consiguió, pero todavía no me gustaba que Ren hiciera declaraciones directamente de una película de terror cuando estábamos en una situación como esta.

Los dos nos paramos en medio de la biblioteca, o más bien estábamos en el balcón del segundo piso, que sobresalía del área de estudio principal y contenía algunos de los materiales de referencia más secos y menos leídos que había, como la tesis de Grimm del doctor Oobleck. Evolución y los cuentos para dormir del profesor Port para niños, clasificados como M para adultos y que contienen copias derramamiento de sangre y sangre.

En pocas palabras, era un área que a menudo se perdía y el único lugar en el que me sentía seguro, relativamente seguro, de todos modos, en la zona neutra y en disputa. El panel de control en el centro era lo que dictaba qué equipo se lo ganaba, y eso era una simple configuración de una caja con dos banderas unidas a él mediante una cuerda. Uno era rosa, el otro azul, y cualquier bandera que ondeara determinaba quién controlaba el punto.