Liberándome del dolor

Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí.  Hoy no les traigo una actualización, lo siento, por favor no me abucheen, prometo traerles pronto una. Bueno, lo que les traigo hoy en un pequeño Songfic.  Esta historia participa en el reto de San Valentín #voiceforyou# de la página Shikatema: Hojas de Arena.  El songfic está inspirado en la canción «Crimen» del gran compositor y cantante Gustavo Cerati, quien lamentablemente ya no está en este mundo.  La canción es de desamor, así que si no les gusta lo SAD mejor no lo lean.  Sé que hace tiempo dije que no iba a volver a escribir algo SAD, pero la canción que me inspiró era de ese tipo.  Espero que entiendan. 

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Como siempre quiero agradecer a todas las personas que me leen y  que me dejan algún comentario, a las que votan, a las que me siguen, a las que agregan mis historias a sus listas y a las que simplemente me leen.  Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

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Shot dedicado con mucho cariño para todo el Fandom Shikatema, en especial para mi querida amiga Sha-Tea.

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Nota: Los párrafos escritos en letra cursiva corresponde a recuerdos, no lo olviden.   Espero que les guste la historia.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.  La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Liberándome del dolor

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No sé cuántas puestas de sol había visto durante estos últimos meses, desde este desolado mirador, pero fácilmente podía decir que este lugar se había convertido en mi sitio favorito para dejar salir mi pena.

Estaba mal.

Los recuerdos de ese fatídico día habían regresado a mi mente esta última semana. La incertidumbre de no saber en qué me había equivocado, había vuelto a surgir,  tal como el despecho y el dolor que me provocaste con la decisión que tomaste.

Exhalé el humo que tenía en la boca, para luego beber de la botella de whisky que tenía en la otra mano.  Sentí mi cuerpo arder por el alcohol.

Aquella mezcla de pena y rabia nuevamente hizo su aparición.

—¿Por qué? —balbuceé con desazón, recordando aquella nota que me dejaste ese amargo día.   Un mensaje que marcó un antes y un después en mi vida, ya que me destrozaste el corazón sin compasión.

Aquella herida todavía dolía.

Volví a ingerir de la botella apoyándome en el capot de mi carro.  El whisky no me ayudaba en nada, eso lo tenía claro, ya que lo único que hacía era avivar los recuerdos que me causaban daño, sin embargo, eso ahora no me importaba, hoy sólo quería dejar salir mi aflicción, y con lo único que podía lograrlo era bebiendo  una botella de licor.

Dejé de beber y dirigí la mirada hacia el cielo, éste aún no se teñía de negro.  Las grisáceas nubes que lo adornaban aún se podían apreciar.  

—Si fuese una nube no estaría aquí sufriendo —susurré nostálgico,  llevándome el cigarrillo a los labios.  Le di otra calada.  Los recuerdos, como era de esperar, me volvieron a mortificar.

—¿Te quieres casar conmigo? —inquirí abriendo una pequeña caja que contenía un vistoso anillo.  Tu emoción pude observarla detenidamente en tu bello rostro.