Capítulo 8

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Capítulo 8

No me había gustado nada la manera en la que Crystal se había metido con Venus, aunque he de decir que me había sorprendido que no se mordiera la lengua, que peleara con garras y dientes si hacía falta

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No me había gustado nada la manera en la que Crystal se había metido con Venus, aunque he de decir que me había sorprendido que no se mordiera la lengua, que peleara con garras y dientes si hacía falta. No conocía ese lado —a decir verdad, no la conocía para nada—. Me gustaba que las mujeres tuvieran cierto carácter y Venus lo tenía.

Aquella tarde, antes de ir al partido de fútbol del equipo masculino, grabé un vídeo más serio. Llevaba un tiempo queriendo hacer uno en el que reflexionaba sobre lo bueno de ser uno mismo y no dejar que los demás te definieran. El Maxwell que todos conocían era el de verdad, sin mentiras. Odiaba fingir ser quien no era solo para gustarles a los demás. No tenía nada de gracia.

Por eso, invertí parte de esa tarde para grabar y editar el que sería el nuevo vídeo de mi canal. Si bien esos eran los que menos visitas tenían, me gustaba utilizar mi espacio para dar mi opinión personal.

—Sed vosotros mismos —le decía a la cámara. Jordan y Connor, mis mejores amigos, estaban en mi estudio, ese pequeño espacio que tenía adherido a mi habitación, para ayudarme. Mientras que el primero se encargaba de la cámara, el segundo estaba muy atento a los focos y a que no hubiera ninguna sombra innecesaria—. No tengáis miedo de mostrar vuestro verdadero yo. Miradme a mí, soy la persona más rara del mundo y aquí estoy, frente a vosotros. No me escondo, no tengo miedo de lo que la gente diga de mí. ¿Para qué preocuparnos de esas pequeñas cosas cuando lo más importante es estar a gusto con nosotros mismos?

Había preparado aquel monólogo los días posteriores al altercado en clase. No me gustaba que los demás se metieran con las personas a las que consideraban inferiores. Estaba mal.

—Si te crees mejor que los demás tienes un problema. Nadie es perfecto, es hora de que aterrices en el mundo real. No debes resaltar los defectos de la gente solo para sentirte bien, eso no mola. ¿Quién eres tú para decirles a los demás qué tienen o no que hacer?

Seguí hablando y hablando. Seguí lo marcado, aunque de vez en cuando me salía de lo que había escrito e improvisaba. Cuando empecé, era mucho más cuadriculado con respecto al guión, pero ahora, años después, era capaz de decir cosas que incluso no había previsto contar. Me encantaba todo el trabajo que hacía frente a la cámara, incluso las horas posteriores de edición.

—Listo, entonces —dije en cuanto vi que Jordan bajaba la cámara. Connor apagó cada foco y la habitación se quedó iluminada únicamente por la luz de la lámpara que había colocado hacía unos meses atrás.

—Me ha gustado lo que has grabado hoy; es más auténtico, más real. Este tipo de vídeos me gustan mucho más que esos tontos en los que haces los retos que los seguidores te proponen —comentó Jordan. La camiseta oscura le resaltaba los ojos claros, así como su pelo casi negro que llevaba peinado en un desorden perfectamente cuidado. No me extrañaba que muchas de las chicas de la facultad anduvieran detrás de él. Con ese aura de chico malo, era todo lo contrario: no tenía tatuajes, solo fumaba cuando iba de fiesta y, lo mejor de todo, sacaba muy buenas notas. Era una contradicción en toda regla.

Venus. Luz y oscuridad (Serie «Chicas guerreras» 1) (#PGP2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora