Capítulo 30

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Cabalgamos, no excesivamente rápido, en la misma dirección que el titán gigante. Esta vez ya no vamos en el carro, que lo ocupan Eren, Historia y Hange, sino a caballo. Me ofrecieron ir en el carro, puesto que no había caballos suficientes, pero montar detrás de Levi, abrazada a él, me parecía una opción mucho más tentadora. 

Me siento tranquila, protegida, segura... Levi cabalga firmemente, y yo solo lo abrazo por la cintura con fuerza, dejándo mi cabeza apoyada sobre su espalda, con los ojos cerrados. Siento su calor, sus latidos, y quiero apegarme con más fuerza todavía a él. 

De pronto paramos, pero no por ello mi postura cambia. Me quedo ahí, quieta, lo demás no me importa.

—Erwin —la voz de Levi suena amplificada en mi oído, al estar pegada a su espalda.

—¿Estáis todos bien? —pegunta él.

—Solo Hange está herida —responde Levi.

—Parece que no es nada grave... —dice él—. Habéis hecho un buen trabajo.

—Tengo mucho que contarte —le dice Levi, y siento como gira la cabeza hacia mí mientras pronuncia esas palabras—, pero antes...

—¿Ese titán?

—Es Rod Reiss. Necesitamos escuchar tu opinión... Comandante.

Tras esas palabras hay una breve pausa, pero yo continúo sin abrir los ojos.

—Para empezar, no tenemos tiempo para charlar. Volvemos al muro Sina.

—¿Vas a permitir que esa mole llegue hasta el muro? —pregunta Levi, notablemente molesto.

—Solo hasta el distrito de Orvud. Seguramente se dirige hacia allí

La conversación se detiene a ese punto, y continuamos en silencio parte del camino. Eren e Historia comienzan a explicar la historia de los Reiss, y el Titán Fundador, mientras todos escuchamos atentamente.

—En resumen —habla Eren—, nos queda una alternativa. Si dejo que ese titán me devore, Rod Reiss volverá a ser humano. Así que todavía es posible recuperar al Titán Fundador.

—Pero... —a Mikasa no parece agradarle la idea.

—Eso parece —habla Levi—. Podríamos capturar a un Rod Reiss humano y revertir el lavado de cerebro del primer rey. Si lo lográramos, habríamos encontrado la manera de salvar a la humanidad. Así, Eren, ¿quieres decir que estarías dispuesto a hacerlo? 

—Sí...

—Eren... eso no... —aprieto a Levi con fuerza, pillándolo por sorpresa, y sus quejidos interrumpen a Mikasa.

—¿Qué haces?

—Deja de decir tonterías —suelto entonces—. No podemos dejar que se coman a Eren sin más, para hacerlo así, no hubiéramos gastado tan inútilmente nuestro tiempo y esfuerzo en rescatarlo. Tenemos que encontrar otra forma. ¿Queda claro?

—Vale... —me responde resignado, y yo beso su espalda.

Todos se quedan pasmados, y he de admitir que ejercer algún tipo de poder sobre el soldado más grande de la humanidad hace que se me llene el estómago de mariposas.

—Tenemos otra opción —dice Historia entonces—. La primera opción presenta varios problemas. Para empezar, no estamos seguros de poder anular el lavado de cerebro de Rod Reiss. Aunque le capturemos, si él altera nuestros recuerdos, se acabó. Y en cuanto al poder del Titán Fundador, hay demasiadas cosas que aún no sabemos.

—Tienes razón —dice Armin, poniéndose de nuestra parte—. La verdad es que ni siquiera podemos estar seguros de que Rod Reiss volverá a ser el de antes si devora a Eren.

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora