Una Promesa en el mar

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Esa noche Luffy no pudo dormir, ni esa, ni las 3 que le siguieron, en su mente se reproducía aquel inolvidable concierto de violín en la playa, las gaviotas, las olas, y el sonido que lo hechizo desde la primera nota, y cuando sus ojos al fin se cerraban, soñaba con los rayos de esa tarde penetrando los ojos ámbares del mayor, esa noche decidió dormir con Sabo, pues él siempre lo mimaba hasta conciliar el sueño, y eso era lo que necesitaba ahora

A la mañana siguiente Luffy se despertó extra temprano, junto con el sol, y eso era muy raro en él así que sin que nadie lo viera, se arrastró primero a la cocina por algo de comer, para luego ir a la sala de clases, encendió su computador y comenzó a buscar "Canciones en Violín", estuvo desde las 6 am, hasta las 8 am, escucho tantos artistas y canciones como pudo, profesionales, estudiantes, artistas callejeros, amateurs, pero ninguno se asemejaba en lo más mínimo al chico de la playa, él era tan... tan..., "Él"

Luffy se imaginó a él tocando violín a su lado, pero deshecho esa idea tan rápido como apareció, él era algo tan mágico, que el único hecho de imaginarse así mismo sosteniendo un violín le desespero, y lo asusto, le atemorizó la idea de ser el quien tocara aquel instrumento y no el mayor, pero... tocar a su lado, no sonaba para nada mal la verdad, pero jamás un violín, así que siguió buscando

Chelos, violonchelos, guitarras, flautas, eran muchas opciones para complementar al violín, pero por lejos la mejor eran los pianos, y para su suerte, en el tercer piso en la sala de al final, había un piano

Nunca nadie iba a ese sector, pues según tenía entendido era el estudio de su ya fallecida abuela, y en las vueltas que daba cuando estaba aburrido recordaba haber visto un piano muy grande en esa misma habitación, si se apresuraba tal vez-

-. ¿Lu?, que haces aquí tan temprano

El menor era un pésimo mentiroso, y lo sabía, además, nunca funcionaba tratar de engañar a Sabo

-. Pues... ¡Es un secreto!

Eso le resulto muy extraño al rubio, su hermanito nunca les guardaba nada ni a él ni a Ace, aun que tal vez, pensó, el pecoso podría saber algo

-. ¿Quieres ir a desayunar algo?

-. ¡Si!

Cuando bajaron, los cocineros ya tenían el desayuno listo para los tres hermanos, aun que a uno las mucamas tuvieron que lanzarlo fuera de la cama, era raro, pues no hace mucho dormían en árboles y claros de bosque, pero no era mucho el inconveniente si es que podía comer aún más de lo que encontraba una mañana cualquiera en el bosque, así que no se quejaba

En la mañana tuvieron más clases con Makino, luego en la tarde tuvieron entrenamiento físico, para ser "Grandes Marinos" en el futuro, y en la tarde se subieron al enorme manzano del final del jardín, donde justo en la cima, podías lograr ver el mar, en ese rincón donde el follaje tapaba todo, los hermanos tenía escondida una pequeña casa del árbol, no era más que un simple piso lleno de mantas y cojines, pero eso era lo único que necesitaban, no era tan grande como su anterior casa del árbol, pero eran felices

Entre risa y risa, el rubio recordó su conversación con el azabache menor en la mañana, así que le hizo una pequeña seña a Ace y pregunto

-. Luffy, ¿no nos quieres contar de ese secreto que no me contaste en la mañana?

-. ¿De qué hablas Sabo?, ¡Luffy!, ¿de qué secreto habla Sabo?

Insistió el mayor de los 3, el menor se heló, Sabía que Sabor era sobreprotector, pero le daba libertades y pensaba bien las cosas, y si no podía le explicaba con razones, pero Ace no, todo era "No", "No lo mires", "No lo toques", "No te acerques" pero en el fondo sabía que era por qué lo quería y se preocupaba por el

El Chico del Violín - LAWLUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora