Capítulo 3.

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La fiesta llegó a su fin justo antes de la medianoche. Todos se notaban exhaustos, incluso los músicos. Cada uno fue saliendo de a poco de la carpa para volver al pueblo y por consiguiente a sus casas. Irian se fue entre la multitud, y Valeria terminó quedandose sola con su madre.

-¿Qué te pareció?-Preguntó su madre, sentada en una silla cubierta de una tela celeste. Valeria, sentada en otra silla idéntica del otro lado de la mesa, sonrió con cansancio.

-Fue increíble, mamá.-Respondió, dejandose caer sobre el respaldo y tirando la cabeza hacia atrás.-No pensaba que tuviera tanta energía.-Rió ligeramente. Escuchó a su madre suspirar. La miró y se encontraba en la misma posición, pero con la mirada perdida.

-Creo que ya es hora de ir a casa.-Dijo mientras se levantaba. Sin muchas ganas, Valeria se levantó. La pesadez de su cuerpo apenas la dejaba moverse. Dudo que pueda caminar mañana, pensó. Un carruaje las esperaba fuera, aunque ella no lo había escuchado llegar. Tal vez el cansancio ya la estaba venciendo. Subió al vehiculo, se dejó caer en el asiento y cuando su madre estuvo junto a ella, dejó caer su cabeza sobre su hombro. El sueño por fin la reclamó.

~ * ~

La oscuridad otra vez... Absoluta. Impenetrable. Aterradora. Desconocida.

¿Desde cuándo le tenía tanto miedo? No podía recordarlo. Pero algo de ella no la dejaba en paz. Algo estaba mal. Algo dentro de ella... Sabía que la oscuridad no era buena.

Pero la luz... La luz también era desconocida. Pero por alguna razón, era cálida. Hermosa. Intrigante.

¿La oscuridad no era intrigante también? Podían haber cosas increíbles en ella.

La luz también podría contener cosas increíbles.

Piensa. La luz también puede ser aterradora. La luz puede ser mala.

¿Por qué?

Lo domina todo. Está en todos lados.

Pero ahora... La oscuridad está en todos lados.

No dejes que te engañe.

No te conformes.

No caigas.

~ * ~

-Hija, arriba.-Escuchó la voz de su madre en la lejanía. Por un momento no entendió dónde se encontraba.-Vamos, el carruaje tiene que irse.-Vio a su madre fuera del carruaje. Se dio cuenta que habían llegado a casa.

-Lo siento...-Dijo, para luego bostezar mientras se arrastraba fuera del carruaje. Cuando estuvo fuera, el vehiculo se alejó camino abajo. Valeria se preguntó a dónde iría...

-A la cama. Ya es tarde.-Dijo su madre, abriendo la puerta. No se dio cuenta de cómo, pero llegó a las escaleras y luego a su cama. Se dejó caer, con vestido y tiara, y volvió a ceder al sueño.

~ * ~

-Charlotte... Porfavor...

-Lo lamento, Camlin.

-Te amo...

-Lo arruinaste...

-No me hagas esto...

-No tengo otra opción. Estás interponiendote en mi camino. No puedo dejar que lo hagas.

-¡Ella también es mi hija!

~ * ~

Otra vez... Otro sueño extraño... Pero esas voces, eran tan familiares. Tan lejanas, pero... ¿Por qué su corazón a tanta velocidad?

El Despertar de la Sombra I. SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora