18: Todo aclarado.

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Capítulo 18: 

Todo aclarado.

GLORIA. 

— Armando, ¿Qué haces aquí? —preguntó ella, con desconcierto, a la vez que se levantaba de mis piernas. 

— Tranquila, no vine a pelear, es solo que me afectó verlos... Así —respondió señalándonos a Gloria y a mí. 

— ¿"Así" cómo, Armando?

— Pues como estaban, abrazados —respondió con algo de dificultad.

— No tiene por qué, pero mejor dime, ¿Qué haces aquí?

— Vine para hablar contigo... Bueno, con ustedes —dijo, incluyéndome, y mirándome por un segundo, antes de volver a enfocar su mirada en Gloria. 

— ¿Sobre qué?

— Sobre todo lo que pasó... De verdad que estoy muy arrepentido, no sé en qué estaba pensando en aquel momento —confesó, ablandando el gesto. 

— A ver, ¿Estás de acuerdo en que todo el daño que nos causaste no se arregla con un simple "perdón"? ¡Casi nos matas a los dos, Armando! —vociferó, exaltándose, seguramente al recordar todo lo que sucedió. 

Y yo también lo hice. En una fracción de segundo, pasaron imágenes de esa noche tan desagradable, que, por más que trataba de olvidar y enterrar en lo más profundo, siempre había algo o algún comentario que hacía que ese recuerdo tan horroroso llegara a mi mente. Cada vez que lo recordaba, podía sentir el palpitante dolor de mi herida, a pesar de que esta ya hubiera sanado desde hace días. Pero lo peor de todo, es que podía sentir el mismo temor, la angustia, la incertidumbre, la tristeza, que sentía cuando Gloria estaba desmayada en mis brazos, mientras que también sentía su sangre correr entre mis brazos. 

— Yo lo sé, Gloria. No hay nada que yo pueda hacer con la salud de ambos, pero quiero que sepan que no estoy orgulloso de lo que hice, y que me arrepiento como no se lo imaginan.

— Ya, ¿Pero para qué lo haces? ¿Qué ganas? Porque dudo que vengas a "pedir perdón" sin alguna otra intención escondida por ahí. 

— Créeme que no es así. Vengo a decirles eso porque es algo que tenía que sacar, porque la culpa no me dejaba en paz, porque sabía que tenía que hacerlo, aunque ustedes no lograran perdonarme

— Amando, es que es tan difícil tener confianza en ti después de todo el dolor que nos provocaste. Y no te bastó con herirnos físicamente, sino que, buscas cómo jodernos en nuestros sentimientos también... ¿Y aun así pretendías que yo volviera a tu lado?

— Sí, lo pensé así, porque fui un pendejo —susurró, frotándose la frente con las manos. 

— Qué bueno que lo tienes tan claro —bufé, mientras que se me salía una pequeña risa, y que de inmediato traté de callar. 

— Gloria, los celos me hicieron perder la razón... Yo no podía soportar la idea de que ya no me amaras más, y que te fueras a ir de mi lado por mi culpa, por algo que yo provoqué... Y con lo que hice después, solo conseguí en alejarte más de lo que ya lo estabas.

— Eso no es justificación... ¿Cada vez que recuerdes que no te amo más, vas a venir a agredirnos a Pablo y a mí o cómo?

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora