A la mañana siguiente de mi aventura nocturna sentí que todo lo que podría llamar piernas me dolían, y cómo no, estaban en un difuso estado que oscilaba entre la hinchazón y la destrucción.
Marie estuvo casi todo el día tratando las heridas. No pude evitar contarle por qué me encontraba en ese estado, pero por más de una hora, no hacia otra cosa más que regañarme... Lo extrañaba. Esos pequeños gestos que te hacen sentir la calidez de una persona, la forma en la que se preocupa por ti. Aun que es la primera vez que lo experimento plenamente, logro comprender por qué todos lo desean.
El resto del día lo pasé en la biblioteca y en mi habitación, ordenando, leyendo y estudiando, Marie no quería que moviera las piernas así que solo estuve en esos dos lugares. Este nuevo mundo hacía que mi curiosidad vibrara de manera increíble. No obstante, la biblioteca fue el foco de mi atención durante gran parte del día.
Ciertamente mi deseo por conocer mejor el mundo que me rodeaba era grande y aún más mi apetito por descubrir una cuestión más que crucial, ¿Qué hago aquí? ¿Volveré alguna vez a mi cuerpo? Y si no lo hago ¿Qué se supone que haga aquí?
He leído cientos de historias sobre reencarnaciones en otros mundos, pero vivirlo, tener estas cuestiones y no ser capaz de hallarles respuesta es, sencillamente, agobiante. A ratos quisiera destruir toda la mansión en un arranque de ira seguido de una pataleta, y al otro, solo quisiera trabajar como una persona normal y no llamar la atención, o sólo disfrutar un poco de esto.
Estoy a dos años de los eventos principales, y ciertamente me encuentro en una encrucijada ¿Se supone que debo hacer algo? ¿Debo resolver algo? ¿Hay alguna trama o detalle que olvidé? Por ahora, parece que ninguna de mis cuestiones tendrá una respuesta óptima.
Lo único que sé a ciencia cierta, es que no dejaré que el cuerpo de Nicolyn muera y si puedo, sobreviviré lo más que se me permita, pero ¿Hasta dónde debo prepararme? ¿Cuáles son mis límites? ¿Realmente serviría si hiciera algo ahora? sin un objetivo o meta que delimite mis acciones temo que todas o ninguna pueda desencadenar una serie de eventos desafortunados que, finalmente, no podré controlar.
Cientos de cuestiones me abruman, una tras otra, formando un inmenso cumulo de cuestiones. Quiero hallarles respuesta, pero también creo no es el momento adecuado, y he estado pensando en algo que quizás pueda hacer mientras resuelvo esta cuestión.
Cuando llegó la noche sentí un fuerte sonido viniendo de uno de los lados de la biblioteca, me asusté al principio, pero, algo me indicaba que debía ir a ver, quizás fue mi curiosidad o un deseo de aventura, o solo el pánico, pero en cosa de pocos minutos me vi frente a las grandes puertas que custodiaban la biblioteca. No había rastro alguno ni alguna señal que me indicara que alguien había entrado. No obstante, no estaba convencida de mi soledad, después de todo el sonido que había escuchado fue demasiado real como para ser solo una fantasía.
—Señorita, debemos irnos—. Experimente lo más cercano a un infarto cuando Marie abrió aquellas enormes puertas.
Me llamaba para prepararme para la cena, aunque no como mucho y la comida sigue siendo la misma. Pero su trato siguió siendo amable y cálido, lo que me bastaba para endulzar cualquier comida. La noche llegó y Marie me ayudó a alistarme y a distraer a los guardias, nunca he necesitado ayuda en eso, no obstante, su gesto lo significa todo para mí. Después de todo, solo había dos reglas generales en el castillo con respecto a mí: Primero, no permitirme deshonrar a la familia, y segundo, todo fuera de eso no importa; básicamente podía hacer lo que quisiera. Aun así no podía rechazar su ayuda, es la que mejor me ha tratado en mucho tiempo. Y aunque no la recuerdo en el juego, o en ninguna producción de la franquicia, no sé si preocuparme o relajarme cuando estoy con ella. De momento, solo quiero confiar en la calidez que me brinda con cada una de sus acciones.
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Mi destino como Villana.
Fiksi RemajaTodas las historias tienen dos versiones, una linda y radiante llena de bellos sentimientos, y otra fea y lúgubre de la que nadie quiere tomar atención. Constantemente, la vida me enseño que las personas que vivían una buena vida, llena de lujos o...