Carmesí

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*se abre el telón*

Muy buenos días, tardes, noches... Sean bienvenidos al show mas interesante del mundo, que digo mundo ¡galaxia, universo! preparense para estar a la orilla de sus asientos, morderse los labios del suspenso, limpiarce la cara de la sangre que se verá derramada...

o no.

*Narra Din*

Esas palabras me erizaron la piel, asustado, solo, no sabía que pasaba, todo estaba obscuro, sólo un telón rojo carmesí deslumbraba entre el abismo negro que envolvía el lugar.

¿Quién o... qué habia dicho semejantes palabras?

Din-¡¡Hey!! ¡¡HOLA!!

Sólo silencio...

Din-¿¡Hay alguien ahí!?

Nada mas que la brisa fría de la soledad soplaba ante el callado lugar.

??- Shht

Din- ¿¡Eh!? Hay... hay alguien aqui conmigo *susurro Din*

??- Shhht ¡cállate o harás que regrese!

No estaba solo al parecer, una voz un poco ronca y joven se escuchaba callandome no muy lejos de mi, pero claro que no podía ver quien era.

??- Oye... ven hacia mi... cerca del telón

Me acerque lentamente, gateando y tocando todo a mi alrededor por miedo a caer en un agujero sin fin. Era una joven, lo poco que podía apresiar de ella fue perturbador, salpicada en pintura carmesí, temblorosa e insegura... apenas podía hablar.

Din- ¿Estás bien? ¿Cómo te llamas? *dijo tembloroso*

Joven- SSHHT susurra... soy Meri..

Antes de que ella mencionara alguna otra palabra las luces se encendieron, se reveló el misterio del lugar, era un teatro, como no darme cuenta antes por el enorme telón carmesí y me di cuenta que ella no estaba salpicada de pintura como pensaba... era sangre... sangre fresca.

Din- ¿¡ PERO QUE !?

Meri- shhhhhhht!!!!

Ella me tapó la boca de un manotazo y señalo hacia donde devería haber un público... Todos muertos, el lugar era una viva escena de terror, la alfombra blanca y los sillones marron pintados totalmente de ese color... la imagen sádica se quedaría en mi para siempre.

Meri- *susurrando* si quieres que pase eso sigue hablando... sígueme no tardan en volver

Yo me negué

Meri- ¿¡Vez ese reloj!? ¿No es común o sí?

Ella tenía razon, no era un reloj común, era color... sí, color carmesí, no marcaba doce horas, marcaba 24, del uno al 24.

Mari- Ya va a pasar la primera hora, si quieres ver que pasa quédate.

En ese momento me levanté de golpe y le dije que si con la cabeza. Salimos por una puerta detras del escenario y lo único que hice fue congelarme... el miedo recorrío mi cuerpo, sonó una campanada y la puerta se cerro tras nosotros, sólo escuche gritos, gemidos de dolor y corrimos sin rumbo, alejandonos del horror que se ocultaba en el interior de ese lugar...

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Don't Sleep-24 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora