Capítulo 31

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Mientras Historia se cambia, todos avanzamos hacia el auditorio, y permanecemos allí a la espera de oír algún plan, o simplemente recibir órdenes. Todos nosotros nos colocamos los unos junto a los otros, con Levi un paso por delante, y a su lado, pero a más distancia, Hange y Moblit. Frente a nosotros hay una mesa con una forma bastante curiosa, y detrás de ella, el Comandante Erwin,  que tiene a su derecha quien parece ser algún tipo de comandante o capitán de la Guarnición, y al lado de este más soldados del mismo cuerpo, y a su izquierda dos soldados más del Cuerpo de Exploración. 

Historia llega, y se coloca entre Mikasa y yo, y su expresión es seria.

—¿Estás bien? —le pregunto, y ella solo asiente.

—Cuando seas reina —le dice Mikasa—, deberías arrearle al canijo.

—¡Mikasa! —ella me mira, pero sin decir nada—. Historia, no.

—Tenemos la posición actual del titán Rod Reiss —desvío mi atención hacia la voz que pronuncia esas palabras, que pertenece a una persona que no había visto antes, debe haber llegado después de Historia—. A veinte kilómetros al sudoeste de Orvud y sigue avanzando. Se espera que llegue al distrito al amanecer.

—Entendido —responde el hombre a la derecha de Erwin—. Comandante Erwin, ¿nos haría partícipes de su opinión? ¿Cómo podemos evacuar a la población? —Erwin se gira hacia él.

—No vamos a evacuarla.

Me quedo helada.

—¿Cómo? —la voz del hombre a su derecha no suena enfadada, tan solo increíblemente confusa.

—Los habitantes de Orvud se quedarán aquí.

Todos reaccionamos entonces.

—No podemos hacer eso —digo en un susurro, dando un pequeño paso hacia Levi, para que pueda oírme, pero me doy cuenta de que, sin recibir al menos una explicación, él tampoco está contento.

—¿Se ha vuelto loco? —la voz del hombre ya no es confusión, ahora refleja la gran preocupación que siente. El Comandante no responde, y eso sólo aumenta la crispación del hombre, que lo sujeta por el cuello de la camisa—. ¿En qué estás pensando, Erwin? ¿Que no evacuamos a la población y la dejamos en la ciudad? ¡Ese titán estará aquí en cuanto amanezca!

—Ese titán es un anormal —habla Hange.

—¿Y eso qué significa? —su miedo es tan grande que me resulta sorprendente, porque no es por su propia vida, es por la del pueblo.

—Al titán del que hablamos le atraen las aglomeraciones de gente, cuanta más, mejor. Es decir, es un anormal. Significa que ignorará las pequeñas aldeas y solo una zona densamente poblada como este distrito le hará reaccionar. Por lo tanto, si evacuamos a la población al interior del muro Sina, el objetivo del titán se moverá con ellos y acabará derribando el muro para poder alcanzarlos. Al final se dirigirá hacia el lugar con mayor densidad de población, la capital, y eso supondría un golpe devastador para la humanidad en su conjunto —todos mantienen el silencio, escuchando las devastadoras palabras de Hange—. De camino hacia aquí hemos estado probando el poder de controlar a otros titanes que alberga Eren Jaeger, pero no funciona con el titán de Rod Reiss.

Recuerdo la escena en mi cabeza, y aguanto de nuevo la risa.

—En otras palabras —vuelve a hablar Erwin—, nuestra única alternativa es atraer al titán hacia el muro exterior del distrito de Orvud, y para eso necesitamos una aglomeración de gente que actúe como cebo. Aún así, esto no cambia que, como soldados, nuestra razón de ser es proteger al pueblo. Haremos lo imposible para evitar que haya heridos o muertos, incluso si eso nos impide detener a nuestro objetivo. Informad a la población de Orvud y alrededores de que se va a celebrar un simulacro de emergencias. Así, si las cosas se ponen feas, los podremos evacuar de inmediato.

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora