Entre el bien y el mal ( Malaquiel)

La Chica del Bar

                                                           La Chica del Bar

Malaquiel conversaba a gusto con la joven humana quien diría que los humanos podían ser divertidos

-como te llamas? –había preguntado la joven

-Malaquiel

-y de donde eres Malaquiel?

Aquello ya no se veía tan bien

-soy de un pueblo muy lejano –mintió el demonio, sabia  que no podía decir que procedía del infierno, eso si seria un susto terrible para la joven

-oh!! Entonces estas de vacaciones por acá!!!!! –culmino la chica

-si, digamos que algo así.

-y tu como te llamas? Pregunto el demonio con curiosidad

-Natalie

-es un nombre muy bonito, -dijo el tratando de ser cortes.

Charlaron un rato mientras la luna se asomaba de entre las nubes, el mundo se paro por un instante en el que solo importaba la joven que tenia frente a él, se olvido de todo, de la búsqueda de el ángel prófugo, de los problemas en el infierno ,de la burla de los demonios adultos, se olvido por completo de que él era un demonio que debía odiar a los humanos.

Malaquiel el acompaño hasta la entrada de su casa, se dio cuenta de que la joven era pobre basándose en el aspecto que tenia la pequeña estancia.

-no te puedo invitar a entrar por que mis padres se enojarían mucho, así que hasta luego Malaquiel- dijo la joven esbozando una sonrisa que dejo a Malaquiel helado, allí parado, mirando como la puerta se cerraba tras de ella.

La vuelta hasta la casa se hizo eterna, no sabia por que pero por primera vez en sus quinientos años de vida se sentía feliz, por primera vez estaba mirando desde otra perspectiva a los seres humanos,

-quizás no sean tan malos e imbéciles como los ve mi señor Satanás!!!!!!! Exclamo el joven el demonio que no había podido sacar la sonrisa de aquella joven de su mente.

Al llegar cuestiono como se había comportado la pequeña

-no ha hablado durante todo el día señor, parece como si se le hubiese ido la voz, hemos entrado y tratado de hablar con ella pero no se quiere levantar de su cama, solo permanece allí con sus ojos cerrados.

Aquello no le gusto para nada a Malaquiel quien entro prácticamente corriendo a ver a la pequeña

-Alelí, Alelí me escuchas?- Cuestiono el joven demonio acercándose a la niña.

Ni el más mínimo ruido, un total silencio, que le pasaba a la pequeña? Que rayos era aquello?

-necesito un medico urgente ¡!!!!!! –grito Malaquiel mientras tocaba la frente de la pequeña y se daba cuenta que estaba ardiendo

Los demonios corrieron a buscar a un medico, alguien que fuese capaz de no salir huyendo si los veía, sabían que por aquellos lares había uno, alguien al que todas las personas del pueblo le tenían pavor, se decía que era un medico brujo, alguien que sabia mas de brebajes y pociones que de medicina en si, y hasta él se dirigieron los demonios esperando que él les atendiera