NO TE ENAMORES [BrightWin] ✨

30. Demasiado tarde

Win.
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- Su esposa está estable. Tuvo una sobredosis con dos tipos de drogas combinadas... - Dejé de escuchar lo que decía el doctor después de que dijo "sobredosis" y "drogas". Esto parecía una mala broma.

- ¿Y mi bebé? ¿Afecta esto a su embarazo? - Pregunté apresurado.

El doctor frunció el seño y rápidamente revolvió las hojas de los resultados que tenía en las manos.

- Lo siento, señor... - Volvió a verificar la información y después me miró serio. - No hay ningún embarazo.

Mi mundo cayó por segunda vez.

- ¿N-No hay embarazo? - Dije, sintiendo mi voz quebrarse.

- Así es, según las pruebas de rutina que se le hace a los pacientes, muestran que nunca ha tenido algún embarazo ni antes ni ahora.

Eso me cayó como un balde de agua helada.

¿Realmente no había embarazo?

Habíamos tenido un viaje corto de negocios con su familia, pero como era costumbre los últimos días, Wendy tenía salidas a los clubes nocturnos en cada escala que hacíamos.
Claramente a mi no me interesaba salir a ningún lado, prefería hacer el trabajo desde los hoteles o simplemente quedarme a escuchar todas las llamadas que había dejado Bright en mi buzón.

Era estúpido, lo había echado de mi vida creyendo que era lo mejor para los dos. Pero quién resultó más dañado, fui yo. Me había condenado a una vida que no quería, todo por un arranque de enojo y venganza. Muy dentro de mí, juraba que él nunca me traicionó, pero todo lo acusaba... era demasiado tarde para arreglar las cosas, más con un bebé en camino. ¿Qué podía hacer?

Esas noches donde me lamentaba, poco a poco me dieron conforte al solo pensar en el bebé, eso era lo que me daba fuerza para dar todo de mi y querer ser un padre ejemplar, quería ser muy diferente a como fue y era mi padre conmigo.

Pero después de que el doctor me revelara que todo fue mentira, todas mis ilusiones se vieron nuevamente derribadas.

Lloré demasiado y desquité mi coraje y frustración.

Pero tenía algo más importante que hacer, descubrir qué más era una mentira. Era obvio que no era lo único que mi esposa me ocultaba.

Cuando estuve más calmado, pude ingresar a la habitación de Wendy, la vi tan vulnerable que dudé en decir algo, pero no más, nadie más se burlaría de mí en mis narices.

- ¿Qué haces aquí? - Preguntó.

- Cuidando de ti.

Ella desvió la mirada. Controlandome más de lo que pensé, me acerqué todo lo que pude y me senté a un costado de su camilla.

- ¿Desde cuando era tu amante?

Su mirada regresó a mi rápidamente. La había atrapado, ella lo sabía.

- N-No se de que hablas.

- Él... falleció minutos después de llegar al hospital, me confesó todo. - Wendy no pudo evitar soltar unas lágrimas que secó rápidamente, aún con un semblante de no importarle nada de lo que decía. - ¿Te acostabas con él para quedar embarazada o de verdad lo querías?

Entre un llanto disfrazado de risa, respondió.

- Ya te dije que no sé de qué hablas.

Suspiré y aun en mi serenidad tomé una de sus manos entre las mías. Le hablé de la misma forma, calmado, no podía hacer un escándalo en pleno hospital.