¿Cuándo todo se había convertido en una batalla? ¿Yo la había iniciado? ¿Tendría fin? ¿Ganaríamos?
No sabía que hacer, en ocasiones me sentía desmotivada, quería dejar todo esperar lo peor, dejar a Abdon ganar, dejar que se completara la fase, nada me importaba, simplemente me estaba cansando de luchar; luego miraba aquellos chicos, Salvador y Austin, estaban tan concentrados tratando de encontrar respuestas. En este mes me había quedado dormida cinco veces en el sofá de mi casa mientras ellos dos buscaban pistas en un grimorio que robó Austin perteneciente a Silvio. ¿Cómo les digo que perdí la motivación? ¿Cómo les digo que en este mes no he encontrado algo que me haga querer encontrar pistas?
Simplemente mi inspiración se desvaneció.
Más sin embargo, aquí estaba, sentada esperando a Ferideh, mi tarea el día de hoy era descubrir si ella tenía nueva información, pues estaba de una u otra manera colaborando con la búsqueda de información, aunque ninguno de los tres confiábamos en ella del todo. Según ella, Simeón no sabía nada del plan, eso no me terminaba de convencer y descubrir si miente es un poco complicado.
—Hoy no tengo nada nuevo.—Se sienta en la silla de enfrente.
Estamos en la zona verde, exactamente en las mesas de picnic.
—Te estás acostumbrando a servir para nada—Respondo dando un trago a mi complemento.
Ferideh rueda los ojos. Se ve un poco cansada, tiene su cabello hecho un lío y es un poco extraño para mi verla desprolija, siempre intenta estar bien presentada usando ropa mayoría de veces azul.
Qué mierda.
—No encontré nada, maldita sea—Se excusa.—Ustedes no me han contado las investigaciones que hicieron.
Me reí, en realidad me dio risa que pensara que le diríamos algo.
—¿Crees que somos imbéciles?—Pregunté golpeando la mesa con fuerza.—Para nadie es un secreto que no confiamos en ti.
—¿Entonces para que me metieron en esto?
—Porque eres tan idiota que ayudas, aún sin darte algo a cambio.
Ferideh me fulminó con la mirada, ella no estaba en posición de reclamar ahora mismo, se había acostado con Salvador y yo con su novio, aquí todos éramos unos malditos hipócritas.
—No les ayudaré más—Se levantó de la silla.
—¿Quieres volver al edificio de recuperación?—Pregunté aún sentada—Esta vez no irá Salvador a consolarte, está saliendo con una chica guapa, dudo que se acuerde de ti.
Era cierto, Salvador estaba saliendo con una chica de la cual no me acordaba el nombre; hace dos semanas salían pero siendo honesta, conociendo bien a Salvador no durarán mucho.
—Eso no es cierto.—Refutó.
—¿Por qué te importaría?—Pregunto con interés—Tienes novio, deberías preocuparte por mantener esa relación tóxica a flote.
Ferideh empezó a burbujear con sus manos, obviamente estaba molesta.
—Eres una maldita perra, Salvador será mío las veces que sea necesario.
Me reí.
—Lo mismo pienso de Simeón—Confesé.
Ferideh iba a disparar el remolino de agua que había creado llamando la atención de todos al rededor. Qué chica tan impulsiva.
—¿Qué mierda pasa? Hemos estado tratando de encontrar pistas y ustedes están peleando por quien es la más perra?—Habla Austin enfurecido.
Si, Austin es demasiado temperamental.
—Ferideh no quiere colaborar, y creo que le contó todo a Simeón—Me adelanté a hablar.
Salvador y Austin pusieron sus ojos en Ferideh, ella de inmediato tomó posición de nerviosismo. Con esa mirada cualquiera lo hubiera hecho, estos chicos podrían ser buenas personas, pero una mierda a la vez.
—¿Es eso cierto?—Preguntó Salvador.
Ferideh negó repetidas ocasiones.
—Compruébalo.—Salvador me miró a mí.
Claro que lo haría, si no estuviera en juego pasar una semana en la cueva.
—No pasaré una semana en la cueva por comprobar algo obvio—Respondí.
Austin me miró y asintió, él sabía más que nadie que si leía la mente de Ferideh, de inmediato sería enviada a la cueva, una semana completa en esa miseria, miré mi tarrito de complemento, no quería estar sin él ni un solo día.
—Entonces confío en que no le ha dicho nada a ese idiota.—Ferideh, Austin y yo giramos al tiempo nuestra mirada a Salvador, esa frase me cayó como un balde de agua fría directo al rostro, no podía creer lo que estaba escuchando.
—¿Estás pendejo?—Me acerqué a él con furia, mi cabello ya empezaba a prenderse en llamas, tenía que retractarse de lo que había dicho o haría alguna locura.
—Probablemente, pero le creo.
Detonante.
Ese había sido el detonante que me faltaba para cometer la locura que hice.
Con un ágil movimiento tomé a Ferideh del rostro, quemé su mejilla, sentía como se quemaba su piel gracias a mi tacto, ella gritaba, Salvador y Austin intentaban quitarla de mi agarre pero era imposible, se quemaban en el intento, todos se reunieron a nuestro alrededor gritando que la enviaría al purgatorio si no la soltaba, pero al parecer estaba tan dispuesta a hacerlo que no pensé en las consecuencias, no pedí permiso y lo hice.
Leí su mente y lo que vi me dejó en un estado más allá del shock.
ESTÁS LEYENDO
Después De La Muerte
Fantasy¿Te has preguntado que hay después de la muerte?, Celeste no quería pensar en ello, era una persona sola, sin familia, sin amigos, pero aún así la idea de morir no estaba presente, un accidente, un descuido, y ella estaba en "el otro lado", ¿Qué pas...