Capítulo 23:
Propuesta.
GLORIA.
Mi corazón latía demasiado rápido, tanto que sentía como si se me fuese a salir del pecho. Me sentía llena de emoción y de nervios también. Haberlo visto tan preocupado por mi respuesta, me conmovió bastante, pues su carita estaba llena de ternura. Tanto era que me eché a llorar ahí mismo, al mismo tiempo que me separaba un poco de Pablo parra alcanzar a tomar un poco de aire y controlarme. Negué ligeramente con la cabeza, por el hecho de haber llorado, y dirigí la mirada hacia Pablo de nuevo, que me miraba estando completamente pálido.
— ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? —preguntó con preocupación, casi soltándose a llorar junto a mí— Si es por lo de la propuesta, no tienes que decirme que sí, eh... Es más, perdóname tú a mí si es que te presioné con eso, pero no...
— Pablo, ya cállate —interrumpí, riendo ante su reacción— Que sí, sí quiero ser tu novia —dije lo último en un susurro, pero que pudo escuchar perfectamente.
— ¿Qué? —.Fue la única palabra que salió de su boca, que estaba entre abierta.
— ¡Que sí quiero ser tu novia, tontito! —exclamé con emoción, mientras me lanzaba a abrazarlo.
— ¡Me dijo que sí! —gritó con felicidad, mirado hacia el cielo y alzando hacia arriba los brazos, en señal de victoria.
Con una amplia sonrisa en su rostro, tomó de mi cuello para llevarme a lo más cerca de él. Ladeó ligeramente su cabeza, y con dominio se acercó a mis labios para besarlos de tal manera que él sabía cómo encantarme por completo. De inmediato le correspondí el beso, llevándome por el el mar de sensaciones que me abordaban. Él tomaba de mi cintura, a la vez que realizaba pequeñas caricias en forma de círculo en ella, y yo subí a acariciar su cuello, como siempre lo hacía.
Disfruté más que nunca sus labios, sumado a la satisfacción de llegar a algo formal con el hombre que tanto amaba, y que estaba segura de que me amaba con la misma intensidad que yo lo hacía. Me sentía tan plena y feliz, hallándome tan amada como antes no lo había creído posible. Nunca pensé llegar a adorar a alguien como en ese momento lo hacía, ni que alguien sintiera lo mismo que yo. Lo que vivía con Pablo me parecía como sacado de un perfecto cuento de hadas, y eso a su vez, me causaba temor... Temor al fracaso, al desamor, a la desilusión, a la desilusión. Pero decidí arriesgarme y confiar en ese hombre que tanto me protegía.
— No te imaginas lo feliz que me haces —dijo en cuanto nos separamos de aquel largo beso, que terminó con uno pequeño.
— No más de lo que tú a mí... Y quisiera que durara para siempre, que nada nuble esta felicidad, Pablo.
— No, mi amor. Vas a ver que esta vez no será así —murmuró abrazándome, dejando mi cabeza en su pecho, mientras que besaba mi cabello.
— Ahora que por fin es algo formal esto... No me falles, Pablo. Tú no, por favor —pedí con la voz quebrada, y con los ojos que se me llenaban de lágrimas.
— Gloria, yo nunca haría algo que te lastimara, pequeña. Si lo único que puedo hacer es protegerte y llenarte de amor. Confía en mí —dijo, levantando mi cabeza, mientras que recargaba su frente con la mía para después secar mis lágrimas.
El resto de la tarde la pasamos en el parque, mientras estábamos acostados mirando hacia el cielo, hablando de trivialidades, o comentando sobre las formas que tenían las nubes. De vez en cuando, nuestras miradas se cruzaban, y no era totalmente imposible frenarnos ante las ganas de besarnos. Reíamos y disfrutábamos del tiempo a solas, los dos juntos y felices, sin nadie más que nos interrumpiera en esos momentos tan íntimos y especiales. A veces nos arrastrábamos sobre el pasto y jugábamos como unos niños pequeños, sin preocuparnos de nada ni de quién nos pudiera ver por ahí. En toda esa tarde, completa, completa toda ella, solo la pasamos gozando la felicidad que nos daba el amarnos tanto el uno al otro.
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¿Te quedas conmigo?
FanfictionLa historia de amor de Gloria Trevi, su bailarín y mejor amigo, Pablo Papacostas. Luchar por un amor nunca es fácil, y menos si es un amor prohibido. Gloria y Pablo tendrán que luchar contra todos, si es que quieren mantener vivo su amor. La clave...