No, no, no, no, no, no, no, no. ¡¿Qué demonios acabo de hacer?! ¿Y si era un psicópata? ¿Secuestrador? ¿Violador? Oh, no ¿Qué sucedería si fuera un traficante?
¿Y si tomó lo que dije como una amenaza y quiere asesinarme? Bueno en realidad si era mi intensión amenazarlo ... ¿Y si era un espía del castillo y solo estaba buscando algún motivo para asesinarme? No... Podría decirles a todos en la mansión y por temor a romper mi promesa, y volver a manchar el honor de la familia, me matarían.
¿Y si es el líder de una banda de maleantes? Sí, tiene sentido, si no es así ¿Por qué me habría abordado la primera vez? Bueno, si es así, calzaría mejor con la teoría de que es traficante.
Haber, concéntrate, has disfrutado de todo espectáculo de entretención, puedes hacer mejores deducciones que esas.
¡No! No puedo. Todo suena horrible.
Lo siento Nicolyn, quería mantenerte viva todo lo que más pudiera. Lo siento. Detective Conan, Sherlock Holmes, lamento haber traicionado sus arduas enseñanzas.
Ah — ¡Euhemeros! —. Le grité apenas lo vi y seguí corriendo, pero con más rapidez, hasta que me encontré con él.
—Oye, no corras así ¿Pasó algo?
—Nada... —. Si fuera a decirle algo no se si me mataría a mi o a él y luego a mí. Por ahora sigamos evitando la muerte de Nicolyn —Solo que... Estabas demorando bastante, y solo quería ver si estaba todo bien.
—¿Ahora te preocupas por mí?
—Sí, suena un poco raro. Lo siento. Aunque—. Me gire, no quería decírselo a la cara —Siempre lo he hecho.
—¿Qué?
—Nada, ¿Qué compraste hoy?
—Mm... Lo mismo de ayer.
—¿Enserio? ¡Excelente! —. Me entusiasmé —Estaba delicioso, jamás había probado algo tan sabroso en mi vida. Bueno, quizás exagero un poco, pero enserio, enserio, estaba delicioso—. Tome la bolsa y la pose en mis brazos —Oh, oh, oh, oh, oh, ¿Dónde comeremos hoy? —. Dije con mucha emoción.
—Sé de un lugar... Vamos.
Euhemeros y yo no hablamos demasiado, solo cosas rutinarias, como a dónde vamos o cómo es. De repente, me detengo a hacerle algunas preguntas a las que, sorpresivamente, responde de manera calmada y amable. Lo mismo para él, solo en contadas ocasiones me preguntó algo, y la actitud era la misma.
Caminamos por calles muy estrechas y poco transitadas, Euhemeros no dejaba de repetirme los lugares por los que no debía caminar sola. Yo, me reía; sonaba preocupado, pero no quería pensar que fuera así, quería pensar que sí cometía un error, solo causaría problemas. Sí, esa es la manera más sencilla de pensar por ahora.
Al final, llegamos a un lugar con muchas mesas y sillas, me recordó mucho a las calles de paseo alemanas.
Nos sentamos a disfrutar de la comida. Euhemeros me contó que hay de estos lugares por toda la ciudad, que están cerca de parques y que, igual que en Alemania, están aquí para poder jugar o solo compartir una comida.
Mientras comíamos, hablamos principalmente sobre él, de cuánto entrenaba, de lo segura que estaba con él y parte de los comportamientos de los futuros caballeros. Durante estos pequeños momentos, siento que puedo hablar con él de manera normal, tengo miedo a que me guste demasiado la idea.
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Mi destino como Villana.
Teen FictionTodas las historias tienen dos versiones, una linda y radiante llena de bellos sentimientos, y otra fea y lúgubre de la que nadie quiere tomar atención. Constantemente, la vida me enseño que las personas que vivían una buena vida, llena de lujos o...