- ¿Y bien?.
La pregunta de la de cabellos rizos salió de sus labios mientras se mantenía expectante y cruzada de brazos, fulminando con la mirada al azabache frente a ella.
El hombre soltó un chasquido y desvío la mirada mientras tomaba una calada de su cigarrillo para después expulsar el humo de sus pulmones, un poco frustrado.
- Eres irritante, mocosa.- soltó claramente agobiado por la pregunta de la mujer.
Ella fingió ofenderse para después rodar los ojos con cansancio mientras suspiraba y pasaba una de sus manos por su cabello desordenándolo en el camino.
- Vale, lo entiendo, Yami.- aceptó la chica mientras posaba sus manos en sus caderas y cerraba los ojos.- Pero sabes muy bien que no tendría problemas y si los tuviera no sucedería nada malo, debo ser lo suficientemente habilidosa como para salir de los problemas por mí misma, sino, no podría llamarme caballero mágico.- abrió los ojos y miró al hombre que ahora la miraba derrotado.- No me malinterpretes, tonto mastodonte.- soltó una pequeña risita mientras se sentaba a un lado del sofá junto a él.- Estoy agradecida porque te preocupes por mí, sin embargo, debes dejar que haga mi trabajo ¿Esta bien?.- cuestionó suave ahora entrelazando sus manos a la par que éste asentía un poco fastidiado consiguiendo un casto beso en la mejilla por parte de la chica.
Apoyó su cabeza en el pecho de Yami mientras éste la abrazaba por la cintura y posaba su mentón en sus cabellos, viniéndole de pronto el atrayente olor a arándanos.
De pronto la chica recordó algo y es que seguro nadie se dio cuenta salvo ella, aunque hubiera sido de reojo, Christine no pasó desapercibida aquella mirada y se debatía en si decirle a Yami o no.
Después de todo, confío mucho en él.- afirmó la de rizos y decidió no decir nada o por lo menos no directamente.
- ¿Tú crees que Charlotte sienta algo por ti, Yami?.- preguntó un poco tímida aferrándose al pecho del azabache quien fruncía el ceño extrañado por esa pregunta.
Si bien, se preguntaba el porqué la menor pensó que él gustaba de la rubia y se reía de ello, ahora se reía más.
¿La orgullosa y para nada honesta capitana de las rosas azules sentir algo por mí? Sí, claro y yo voy caminando al baño.- pensó sarcástico antes de soltar una carcajada bastante alta haciendo que la chica se preguntara la gracia del asunto.
- Esa mujer no quiere más nadie que a sí misma y a su grupo de niñas subordinadas, mucho menos querer a un hombre, incluso diría que me odia.- afirmó el azabache limpiando una lágrima inexistente por su anterior risotada.- No sé de donde sacas que ella me gusta o yo a ella pero ahora que estamos hablando sobre el maldito tema, aclarémoslo de una vez.- cogió a la chica un poco brusco por las caderas y la sentó en su regazo mientras acercaba su rostro al de ella.- La única mujer que me interesa eres tú.- aclaró el azabache con su habitual tono de voz ronco pero tranquilo.- Y si por alguna casualidad, la capitana de las rosas azules llega a insinuar alguna mierda de sentimientos por mí...- rozó su nariz lentamente tratando de ponerla nerviosa.-...tendré que decirle que ya tengo dueña.
Cuando terminó de musitar aquellas palabras, los labios que de hace semanas morían por conocerse, se unieron en un beso suave pero demandante.
La chica un poco temblorosa dirigió sus manos hacia las mejillas del azabache acariciando en el camino, la barba de tres días que el hombre acostumbraba a dejarse.
Yami un poco tosco recogió el cabello de la chica en una coleta con su mano derecha para acercarla más a él y profundizar aquel hambriento beso.
La chica se encontraba muy nerviosa y el azabache notó esto después de cortos minutos, separándose un poco de la fémina porque sabía que no podría controlarse si seguía, la había esperado por mucho tiempo.
- Vaya,...- soltó sorprendida y aún un poco nerviosa la chica.-...me quedó claro, mastodonte.
Le guiñó un ojo divertida mientras se incorporaba con las piernas temblorosas para después darle un beso en la frente al azabache de despedida y salir del refugio de los Toros Negros con una embobada sonrisa en su rostro.
- ¿Julius?.- se asomó a la sala de reuniones encontrándose con todos los capitanes allí menos Yami y el Rey Mago.
Todos la saludaron con un asentimiento de cabeza mientras el capitán de las Mantis Verdes se levantaba de su asiento y se acercaba con una grande sonrisa, que para cualquiera sería escalofriante pero para la fémina era divertida.
- ¿Y tú por qué no vienes con el inútil debilucho de tu novio?.- preguntó divertido y burlón después de levantarla en peso y abrazarla fuertemente para soltarla brusco por el quejido de la chica haciendo que ésta casi cayera al suelo.
Rápidamente el rostro estupefacto de una rubia no fue pasado desapercibido por ninguno de los presentes, bueno menos para el usuario de magia de corte quien ni siquiera estaba al tanto de los sentimientos de la capitana de la orden de Rosa Azul hacia el azabache.
Sin pensarlo mucho, decidió responder, no era secreto la relación de ella con Yami, sin embargo, eran discretos y la chica no quería hacerle daño a Charlotte. Pero no podía seguir siendo así, ella no tenía que ocultar su relación por nadie.
- No sé dónde está pero estuve con él hace unas horas. Además, no es novedad que él llegue tarde.- encogió la nariz y negó con la cabeza en desaprobación mientras soltaba un suspiro.
Todo el mundo asintió en confirmación y casi después la chica se dio cuenta de algo extraño.
- ¿Dónde está Will?.- cuestionó preocupada mientras sentía los vellos del cuerpo erizarse por sus negativos pensamientos.
- Vangeance avisó que no podría asistir por una misión en un pueblo lejano.- le respondió Nozel Silva con su habitual rostro serio y brazos cruzados.
La chica se sorprendió y empezó a sudar frío.
Will nunca me contó nada sobre una misión.- negó Christine dándose cuenta que su mejor amigo guardaba muchos secretos y nunca pensó eso de él.
No sé molestó pero sí se convenció de que en cuanto lo volviera a ver, lo agarraría de una oreja y le exigiría como mejor amiga de infancia sacarle todos sus temores y secretos, para así dejar que la carga que llevaba su querido y amado amigo, fuera un poco menos pesada.
O eso esperaba ella.
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Opuestos por Naturaleza || Yami Sukehiro
Fanfiction«Oscuridad y Claridad.» «Dos energías que inconscientemente se buscan, una para contrarrestar y la otra para ser contrarrestada.» «Irónico, porque en esta historia será lo contrario.» • • • 01/2021