Tenía dinero, tenía una hermosa casa más grande de lo necesario, tenía unos tres autos simplemente de decoración, parejas a montón y hasta fama, una carrera en el modelaje con la que muchos soñarían y aun así sentía que algo me hacía falta, durante más de ocho años había tenido la peor suerte en cuanto a novias y amantes se refería.
La primera novia que tuve me engañó, en realidad yo era con quien estaba engañando a su disque verdadero novio y el que quedó en segunda fui yo, con la mujer que perdí la virginidad, era una maldita completamente, una prostituta literalmente, aunque no lo dijera libremente y hasta la actualidad solo veía a mujeres interesadas en mi dinero o a veces, sólo fijándose en mi apariencia, porque a partir de que cambié los frenillos por unos dientes perfectos, el corte de mamá por uno que no me avergonzara junto con la ropa y creciera un par de centímetros más, escuchaba cosas diferentes que decían de mí.
Al salir a la calle procuraba lucir lo más normal y corriente posible, unos lentes de sol y ya, o me peinaba de forma diferente, la mayoría del tiempo no tenía problema alguno y también a los lugares a los que normalmente iba, la gente me conocía, no causaba una gran escándalo, pero existían sus excepciones.
–¿Me darías tu autógrafo?– Las personas me lo pedían con una sonrisa en la cara.
Mi firma era tan fea, pero lo hacía con todo gusto, quizás era una de las cosas que más me causaba satisfacción junto con el flasheo de las cámaras, ver que a las personas les gustaba mi forma de trabajar, que más hubiera querido que ser reconocido y a la vez admirado.
Fue mi corona de laureles...
...
Recobré la conciencia un poco antes de abrir mis ojos y contemplar la oscuridad, no era muy difícil deducir que llevaba puesto algo que no me lo permitía.
Lo último que recordaba era que estaba caminando por la calle, una camioneta se había detenido, alguien me había sujetado por detrás y arrastrado, no podía tocar mi cuello donde había sentido un pinchazo, mis muñecas estaban sujetadas con algo, sonaba como el plástico mientras intentaba soltarme, sin embargo continuaba sintiéndome débil igual que al despertar, mi mejor comparación era la pesadez del cuerpo durante un resfriado, y lo último que quería hacer era realizar algún esfuerzo sin contar que mis piernas, estaban sujetadas con algo.
–¡A-Ayuda!– No me quedó más que gritar por rescate e incluso mi voz se escuchaba como se sentía mi cuerpo.
Lo intenté por un largo tiempo, el suficiente para sentir la frustración y la desesperación y comenzar a llorar contra el frío suelo sobre el que estaba.
–¿El lindo pajarito acaso se siente triste?– Escuché una voz y pasado el repentino susto, me senté en el suelo mirando a quien había llegado –Discúlpame, quizás te hice sentir solo– Aunque su voz intentaba ser amable, evidentemente en el fondo también sonaba nervioso. Observé al hombre con cuidado mientras avanzaba a pasos cortos hacia mí, al entrar había encendido una luz que dejaba ver todo con mayor facilidad, pero mi atención no estaba sobre el lugar, sino en quien tenía de pie enfrente mirándome hacía abajo.
–¿Quién demonios eres?– Por alguna razón me producía irritación su presencia, era obvio que no estaba para ayudarme.
–¿Comenzamos con las presentaciones?– Se sentó en cuclillas para alcanzarme y sonrió más ampliamente que antes –Soy un gran fan tuyo– Extendió su mano como si quisiera saludarme, pero eso era imposible, lo que amarraba mis muñecas no era otra cosa que vulgar cinta canela.
–¡Qué crees que haces!– Le grité y retiró la mano.
–Aunque yo ya sé quién eres– Me ignoró –Tú no necesitas presentación– Si los malos presentimiento tuvieran un olor, olerían como a él, a colonia, jabón y algo más que pasaba desapercibido –¿Sabes?, eh ido a la mayoría de tus pasarelas– Acercó su mano a mi rostro y por supuesto que yo me alejé –Luces realmente bien cuando estás modelando–
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30 Dias De Otp (Kanento)
Fanfiction30 one shots desdicados a mi otp Kanon x sorrento ⛔contenido variado para casi cualquier gusto , en resumen, bienvenido al mundo del fetichismo⛔