Suayeon One shots (G!P)

Oficina

Hoy Siyeon estaba en el trabajo de su padre, no porque ella quisiera si no porque la habían obligado. Su padre quería enseñarle el arte de las inversiones.

Siyeon estaba aburrida en su casa, no había a ningún a dónde ir o que hacer, antes había hablado a sus amigos para ver tan si quiera si había una fiesta a la cual pudiera ir pero no, parecía ser que había sido un día simple y normal, también hablo con alguna que otra chica que conocía pero ninguna había respondido a sus mensajes, pues no esperaba menos.

Cada vez que tenía una aventura con alguna "amiga" ella solo decía que era sexo de una sola noche, nada serio. Muchas chicas decían estar interesadas en Siyeon, su actitud y personalidad eran un encanto, siempre estaba dispuesta ayudar a otros y a cuidar de los suyos, Siyeon tenía muchos amigos, era muy respetada por todos los chicos y era muy popular entra las chicas. Además de su forma de ser, su rostro y figura eran hermosos, se cuidaba bien y siempre buscaba la manera de poder verse bien ante los demás.

Otra razón y probablemente la principal del porque las chicas la deseaban tanto era por una extraña condición que tenía, no era que estuviera enferma o algo si no que Siyeon había nacido con un miembro masculino entre sus piernas. Así es, Siyeon tenía esa pequeña especialidad, o más bien corrijo, esa gran especialidad en su cuerpo, algo que hacía que sus amigos al rededor se sintieran humillados y que también hiciera que varias mujeres no dejarán de mirar y babear. Si, así era Siyeon.

Sin embargo ese día tuvo que aceptar ir con su padre porque aparte de que la castigaría si no lo hacía, estaba aburrida y ninguna de las chicas de su edad con las que había tenido sexo quería acompañarla, era cierto que las dejaba con las piernas rotas y el corazón roto pero ella no era mala persona, solo que nadie se había dado el tiempo para conocerla mejor, era humana y así como todos tiene defectos y errores.

—Siyeon ahora mismo tendré una junta importante, me gustaría que entraras conmigo a la sala del consejo pero dudo que me permitan darte el acceso así que tendrás que esperarme en mi oficina.—hablo su padre mientras checaba unas cosas en su celular.

—esta bien, ¿Cuánto tardarás?—Siyeon hacia lo mismo, de tal palo tal astilla. Estaban en el elevador subiendo hasta el séptimo piso de un gran edificio.

—no lo sé, puede que tres o cuatro horas y media, de todas maneras quiero que vayas leyendo esto.—saco de su portafolio tres libros distintos acerca de negocios y de como manejar una empresa.

—y...¿Para que?-miro extrañada a su padre quien solo la miro fijamente con una cara de pocos amigos.—esta bien, está bien...los leeré.

Tuvo que resignarse y tomo los libros de mala gana. Apenas el elevador indico que habían llegado aproximaron su paso a salir de este, Siyeon notaba todos los detalles elegantes y sofisticados del lugar, era muy bonito y las decoraciones de mármol encajaban bien con todo.

—casi empieza la junta, Siyeon te voy a dejar con alguien de mi confianza.—exclamo el hombre mientras se acerco a uno de los teléfonos oficinistas y una luz verde y voz de mujer provino de la máquina al oprimir ese botón.-señorita Bora ¿podría presentarse porfavor en mi oficina?

—en un momento señor Lee.— respondieron mientras el hombre cortaba la comunicación.

¿Señorita Bora? Probablemente podría ser la secretaria de su padre o alguna secretaria de alguien más. Las mujeres de ahí no eran muy atractivas, ya todas estaban casadas y eran mayores además de que siempre se contaban cosas entre ellas creando chismes y rumores por toda el área de trabajo, Siyeon ya había ido varias veces al trabajo de su padre y conocía a las mujeres que trabajaban ahí.

No le agradaba ninguna de ellas, todas la trataban como una bebé y le apretaban las mejillas o tenía que estar aguantando los resúmenes semanales de telenovela que platicaban entre ellas, y tener a una cuidandola por dos horas y media sería una tortura. Sin embargo este nombre era nuevo para ella, probablemente sería una mujer a la que apenas contrataron.