Cap 1 - Viaje a Cacilius

390 29 3
                                    

La joven de cabellera verde caminó hasta la ciudad con su maleta en manos, llegando a los puntos de transporte donde carretas grandes se utilizaban para mover cierta cantidad de personas de un lugar a otro lejano; pago un viaje a las tierras vecinas de Raolet. Retomando la historia original en la cual estaba dentro, los padres de Lorelay habían tenido un accidente en su carroza cuando ella era adolescente, nunca pudieron dar un  veredicto sobre la causa pero gracias a la madurez, su hija única fue capaz de sobrevivir en un orfanato donde terminó siendo adoptada por un noble quien...pues, tiene un comportamiento igual al de ella solo que en las mujeres. El orfanato donde vivió no estaba en Raolet, sino en Cacilius, el reino vecino; Lorelay vino a estas tierras con la intención de ser una persona nueva, desconocida y obtener un poder tan superior para tener a sus pies todas las personas que una vez le molestaron.

Maira: (Ella nunca vuelve a Cacilius, por eso necesito ir ahí primero a investigar los restos de su pasado, tengo que ir armando este acertijo. Necesitaré también ayuda de la guardiana Maira pero es peligroso quedar inconsciente en el exterior)

Haciendo fila entre la gente por subir una carreta, logró escuchar una conversación de un par de hombres mayores similares a la edad de su padre quienes tocaban un tema bastante vulgar pero que contenía información actual.

-: Has escuchado sobre la hija del señor Antón, se fue de su casa, de seguro escapó con algún hombre con los que jugaba.

-: ¿Lo dices de verdad? El señor Antón debería buscarla y castigarla por sus actos indebidos por ser tan joven.

-: Olvidalo, son iguales, hasta te puedo decir que incluso la lleve a una posada una noche, es una mujer fácil.

-: Calla, si alguien nos escucha hasta nos vamos a meter en problemas por hablar de esa chica.

Afortunadamente esos hombres habían subido a otra carreta que se llenó y partió, Maira soltó un suspiro pesado ante tal conversación incómoda, aunque Lorelay era un personaje malicioso era desagradable que hablaran así de ella.
Continuando con la siguiente carreta, alcanzó a subir, tomando asiento de un lado y sujetandose bien ante los movimientos que se dieron cuando comenzó a avanzar.

En el camino al reino vecino, la noche fue cayendo, oscureciendo el camino y llegando en la completa oscuridad a Cacilius el cual no tenía una presentación tan agradable; sus calles se veían sin mantenimiento, al igual que un ambiente deprimente por parte de sus habitantes.

Maira: (Pensé que sería más cálido por su nombre...pero veo que no, clima frío, aspecto viejo y desolado junto con ambiente deprimente, como toda una escena de suspenso)...bien, a buscar una posada con cuartos disponibles.

Con ayuda de las mismas personas con las cuales viajo, fue ayudada para bajar su maleta y caminar en completo silencio por la orilla de las calles leyendo cada letrero de los locales hasta ver una que dijese posada. Llegando frente a un bar/ posada, entró, observando que había bastantes personas adentro pero de igual forma com un aspecto deplorable; sin llamar mucho la atención, se acercó al señor que  atendía la posada, pidiendo información.

– ¿En qué la puedo ayudar, señorita?

Mai: Necesito una habitación por alrededor de cuatro o cinco días aproximadamente.

– Lo lamento pero no tenemos habitaciones disponibles. Tendría que esperar hasta mañana para buscarle  un espacio, si gusta puede quedarse en una mesa del bar.

La expresión de Maira se volvió disgustada ante la situación,  soltando un suspiro y aceptando, ya era demasiado oscuro como para vagar por las calles; tuvo que arrastrar su maleta hasta una mesa lo más cercana al señor para que le recordara sobre la habitación.

Los clientes gritaban o reían, dormir sería algo complicado en esa clase de lugar, abrazando su maleta  e entrecerrando los ojos fue como  paso la primera noche en Cacilius. Al día siguiente, el ruido continuaba pero ya bastante relajado; el rostro de la joven se veía agotado pero fue un golpe en la espalda la que provocó levantarse de golpe estando alerta.

– Ya le dije joven, hay personas esperando una habitación, no le puedo dar la primera que se desocupe, no sería justo.

– Me urge descansar aquí, le daré el triple del costo normal si me da la primera libre.

Escuchar sobre la corrupción y el soborno que estaban haciendo la hizo levantarse de mal humor, acercándose al señor e lanzándole una mirada feroz al joven que cubría su identidad con una capa marrón.

Mai: Disculpa pero lo que estás haciendo es imperdonable, deberías sentir un poco de vergüenza por intentar sobornar al señor. Tengo desde anoche esperando un espacio para que llegues y no respetes el orden de espera.

– Ay~, bienvenida a la realidad, gustas un hada que cumpla deseos, viene en tiempo limitado; sabes, deberías de acostumbrarte a situaciones así.

Mai: ¿Acaso esta diciendo que vivo  en una fantasía? (Eh...prácticamente si, pero ambos estamos aquí). Si sufriste de sobornos antes, deberías luchar por detenerlos y no por seguir lo.

– ¿Y qué sugieres para detener las acciones malas? No hables como si supieras lo que las personas han hecho por sobrevivir. Agh, olvídalo, buscaré en otro lado.

Tanto el señor encargado de la posada, como Maira, veían con cierta intriga a ese joven sospechoso retirarse del lugar en completo silencio; siendo la ganadora de aquella habitación libre nuestra joven. Entro a la habitación acomodándose y tomando una siesta, necesitaría bastantes energias para luego iniciar su objetivo del viaje.

El sonido fuerte de goteo de agua golpeando la ventana del espacio, fue similar a una alarma para ella, abriendo los ojos y notando el cielo completamente oscuro e tenebroso.

Mai: Recuerdo que mi madre decía que el humor de las personas cambiaba dependiendo del clima, ahora que veo esto, puedo entender porque la gente se ve decaída, raramente han de tener baños de sol. Por hoy, queda pospuesto salir, espero que mañana mejore el clima; ahora, a comer.

La confianza que tenía ella misma por el próximo amanecer era fuerte, incluso lo mencionaba con entusiasmo preparando su nueva vestimenta con la cual moverse de forma ligera.
Las horas pasaron, levantándose rápido e vistiendo una blusa blanca con un chaleco corto de cuero, una falda de material resistente, medias obscuras hasta la rodilla y unos botines de cuero similar al chaleco. Tarareando salió hasta la puerta del establecimiento notando que la lluvia seguía, apretó sus manos con fuerza, cuanto más tardará más peligro podía  poner a sus conocidos.

– ¿Señorita, tenía planeado salir? No le recomiendo pasear con este clima, y menos estando sola.

Mai: No estoy aquí para pasear, estoy buscando a alguien.

– Ya veo, si ese es el caso, tome esto.

El encargado sacó una capa de un cajón, entregándose la en las manos con una leve sonrisa, al parecer le agradaba la actitud de Maira desde el día anterior por confrontar a un desconocido.

Mai: Se lo agradezco. Sabe si hay por aquí un local de espadas, necesitaré una por si sucede algo inesperado.

– Claro, si cruzas la calle y caminas seis cuadras al fondo encontrarás una con buenos precios.

Mai: Muchas gracias, entonces vendré antes del anochecer.

Fin del capítulo.

Salvando al Protagonista Temp 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora