Capítulo 14

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—¡Weisz! Apresúrate, tenemos que ir a la misión — escuchaba impaciente a James, no entendía que estaba pasando venía con calipso ambas traíamos lo necesario para la misión.

—No seas impaciente, te saldrán canas — en eso lo vi, con la típica vestimenta de un soldado de la ciudad celestial, aquel "vestido" de seda blanca que le llegaba a las rodillas, su armadura de bronce que dejaba resaltar su bien formado tórax y la capa que cubría sus hombros. Se veía...

—Te vez guapísimo, mi lobito hermoso — escuche a Calipso "guapísimo se quedaba corto" baje la mirada sonrojada y comenzamos a volar.

Regresamos de nuevo a la tierra pero a la zona no tan explorada, más alla del Cairo Egipto. Había mucho desierto como paisaje.

—Debemos tener mucho cuidado, es zona no explorada — indicaba Mateo. Veníamos porque otra vez hubo conflicto entre hombres lobo y vampiros originales que se escapan de Athikus, ya tenían a todos excepto a un lobo.

Mateo y James comenzaron a hacer plegarias en el cielo, mientras Calipso, Zaid y yo buscábamos por tierra.

Calipso siempre trataba de estar cerca de Zaid, "ayudándole"  así que mejor proseguí con la exploración. Hasta que un olor súper empalagoso llego a mis narinas.

—Por aquí —Indique señalando la procedencia de ese aroma.

—Tenemos que evitar que los humanos —decia Mateo señalando a un grupo de hombres, supuse que eran arqueólogos—se topen con el lobo original —

—De eso me encargo —oculté mis alas y Calipso hizo lo mismo.

Era una estrategia que siempre usábamos y funcionaba. A veces nosotras hacíamos el trabajo pesado o ellos, dependía mucho.

No fue tan difícil infiltrarme en esa expedición junto con Calipso porque era pequeña, esta se fue con  3 hombres.  Y yo con los otros 4, desde que tengo mis alas, mis plegarias son más efectivas.

No les hacíamos nada, solo les aplicábamos una plegaria para dormirlos y una de protección, por suerte ya estaba cayendo la noche.

Quisimos volver a donde estaban James, Zaid y Mateo. Pero los encontraremos atrás de una montaña de Arena.

—¿Que pasó?— preguntó Calipso, al verlos todos sobresaltados.

—Esta buscando pareja, está más incontrolable— explicó James, me asome por encima de la montaña pequeña y ahí vi un lobo enorme.

—¿Que haremos ahora?— pregunte regresando a donde todos estábamos, mira a Zaid, estaba inusualmente serio.

—Recuerdo que mi mamá me contó que ayudo a unos hombres lobo originales, con la conexión que tuvo con Betancourt —los tres Ángeles me miraron.

—¡Oh no! Safo, que vaya Calipso ¡Ese lobo es enorme! Me va a matar — nerviosamente caí a la arena, la noche ya había caído sobre nosotros y empezaba a hacer frío.

—No voy a dejar que te pase nada Mina, pero de aquí quien puede tener otra conexión con hombres lobo ¿más que tú? — trataba de calmarme Matty, pero no lo estaba logrando — Zaid es hombre, no puede tener esa conexión íntima.— observe al susodicho.

—Me temo que es la única manera— estaba lastimado, lo veía respirar irregularmente y tocandose el costado derecho— prometo muñequita, que ese lobo no te tocará —asentí con la confianza que solo su mirada puede darme.

—Tienes que alejarlo del camino al poblado Minita— dijo Calipso señalando la carretera polvada. Escondí mis alas y comencé a caminar sin mirar atrás, temía acobardarme.

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora