% fuck ҂ jikookmin

⌇ 𝗆𝖺𝗅𝖽𝗂𝗍𝖺 𝗌𝖾𝖺 : 004

Para JeonGguk algo que siempre había caracterizado a Jimin era lo travieso y descarado que era, y lo tierno e indefenso que podría parecer. Y justo en ese momento estaba demostrando tales cualidades de él en su máximo esplendor.

Los días habían transcurrido más lento de lo usual, Jeon había retomado sus responsabilidades en su trabajo y Jimin, pues Jimin seguía con la misma rutina de siempre.

Aquel día después de la inesperada llegada de el padre de Jimin a la oficina de su hijo, justo después de que la pareja terminara de tener una deliciosa ronda de sexo, todo transcurrió con "normalidad". Excluyendo la charla obligatoria que le había dado el señor Park a ambos con respecto a tener ese tipo de relaciones en un lugar como ese.

Actualmente la pareja estaba en la casa de los padres del menor, después de una reunión familiar que se había llevado a cabo ambos decidieron que sería mejor amanecer ahí y luego, al día siguiente, regresar a su hogar.

Pero Jungkook nunca, ni en sus años de relación, había visto a un Jimin tan guarro como al que estaba presenciando en ese momento.

El pequeño pero fuerte cuerpo de Jimin estaba posado en la cama, el chico con las manos y rodillas contra el colchón, con una lencería de encaje puesta. Justo en la casa de sus padres.

La mandíbula del azabache estaba a nada de chocar contra el suelo de mármol blanco y su saliva estaba escurriéndose por sus delgados labios de un tono rojizo.

El hombre rápidamente cerró la puerta tras de sí, mientras se convencía mentalmente de que estaban en la casa de sus suegros y que no era apropiado hacer ese tipo de cosas ahí, y menos con los mayores a unos escasos metros de ellos.

— Minnie, por más que quiera follarte ahora mismo y darte a conocer mis más oscuros fetiches no puedo hacerlo. Estamos en la casa de tus padres, Jimin. Por Dios.

— ¿Estás seguro, Jungkookie? — Dijo con burla. Riéndose para sus adentros al ver la notoria tienda de campaña que se asomaba por la entrepierna de su esposo —. ¿Estás seguro de que no quieres follarme? ¿no quieres ahorcarme ni comerme el culo? — Su tono de voz era suave y juguetón, con una mezcla de inocencia y sutileza.

Su cabello rubio caía en mechones sobre su frente, sus mejillas tenían su hermoso color rosa natural, sus hermosos ojos de color ámbar miraban con detenimiento al ser del otro lado de la habitación y sus hermosos labios rojizos estaban húmedos por su propia saliva.

Jimin fue lentamente levantándose de la cómoda superficie, caminando hasta quedar frente a frente al ejercitado pecho de su menor.

>> Maldita sea <<

Era lo único que Jungkook podía pensar con claridad, y que no fuera en tomar el cuerpo frente a él y empotrarlo contra la pared más cercana.

El conjunto que Jimin llevaba puesto era demasiado tentador y revelador. Y en su hermoso físico se veía muchísimo mejor.

Una pequeña pieza de tela de seda blanca transparente con pequeños pedazos de encaje blanco era lo que cubría desde su torso hasta sus muslos. Formando una especie de bata que no dejaba nada a la imaginación. Su textura transparente dejaba al descubierto el pecho y abdomen del rubio, mostrando su desnudez. Mientras que unas diminutas tanguitas de encaje del mismo tono blanco cubría y apresaba su, por ahora, flácido miembro y apretando su tan formado trasero.

A pesar de tener su cuerpo un tanto ejercitado, aquel conjunto le quedaba demasiado bien. Bastante.

El dedo índice del más bajo fue deslizándose hasta abajo, comenzando desde el pecho del azabache hasta su entrepierna. Jadeó ante el toque.