Era domingo 10 de Septiembre, día antes del comienzo de un nuevo año escolar para Abril. Se encontraba tirada en la cama pensando en cómo organizar todas sus cosas en menos de dos horas, ya que había quedado con sus amigos de toda la vida, Adrián y Estela, para coger el tren de las 12:00 am con la intención de dirigirse a su nuevo destino, el campus universitario de San Patricio, donde comenzaría su nueva vida como estudiante de derecho.
Tras varios intentos y fallos, logró empaquetar todas sus pertenencias en dos maletas, las cuales dejó en la entrada para después entrar en la cocina a despedirse de sus padres.
Cuando por fin su madre y su padre dejaron de llorar, decidieron acompañar a Abril a la entrada de su casa para encontrarse con Adrián, Estela y sus padres, los cuales les llevarían en su coche hacia la estación de trenes.
- Hola. - Dijo Adrián con la amplia sonrisa que le caracterizaba.
- Hola Abril. - Contestó a su vez Estela con un tono nervioso.
Abril saludó a ambos con la cabeza en un gesto amable, se giró hacia sus padres y les dedicó un último beso antes de meterse en el coche.
El viaje se les pasó rápido, mantenían conversaciones cortas y de vez en cuando cantaban algunas canciones que sonaban en la radio, y, antes de que se dieran cuenta, ya estaban montados en el tren rumbo a su nuevo destino.
Cuando llegaron al Campus parecían tres niños perdidos en el centro comercial buscando a su madre. Lo primero que vieron fue un enorme edificio en forma de "U" con ladrillos en tonalidades rojizas y una gran puerta de cristal que conducía al interior. El césped de la zona estaba lleno de adolescentes, algunos corriendo de lado a lado con sus maletas y panfletos proporcionados a la entrada, mientras que otros grupos se mantenían tranquilos sentados en unos bancos que rodeaban la mayor parte del césped.
Los tres iniciaron su camino hacia la entrada donde les dieron un mapa con las zonas comunes de la residencia y las llaves de las habitaciones que tenían cada uno. Se sorprendieron al ver que les tocaban habitaciones contiguas.
Siguiendo el mapa, decidieron ir por un pasillo a la derecha donde había un gran número de puertas para buscar el número de habitación de cada uno. Tras encontrarlo, se despidieron para acomodarse y quedaron en verse para la cena.
Abril estaba terminando de organizar su ropa en el armario cuando de pronto sintió la puerta de la habitación abrirse, era una chica castaña de pelo corto, con ojos marrones, vestida de chándal, quién Abril asumió que sería su nueva compañera de habitación durante el año.
- Hola, soy Sara, supongo que seremos compañeras de habitación. - Dijo ella algo tímida pero con una gran sonrisa.
- Encantada, me llamo Abril. - Respondió mientras doblaba sus camisetas. - Como llegué antes que tú elegí este lado de la habitación, espero que no te importe. - Señaló su parte a medio organizar. - Lo podemos cambiar si quieres.
- No te preocupes, está bien. - Como estaba cansada dejó caer sus cosas en el suelo. - ¿Eres nueva en la residencia?
- Sí, empiezo este año el grado en Derecho, ¿tú?
- También, empiezo Magisterio, siempre quise ser profesora de infantil. - Una gran sonrisa que dejaba ver sus dientes blancos iluminó su cara.
- Luego retomamos la conversación que ahora mismo me tengo que ir a la ducha que quedé con mis amigos para ir a cenar, ¿te apetece venir con nosotros? - Preguntó al mismo tiempo que preparaba la ropa que se pondría después de ducharse.
- No, muchas gracias, quedé con unas chicas que conocí en la entrada de la residencia.
Al terminar de hablar con Sara, Abril se excusó para ir a ducharse y prepararse. Mientras sonaba Zorra de Bad Gyal se metió en la ducha y se lavó el pelo rápido.
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Habitación 28
Ficção AdolescenteAbril, Adrián y Estela empiezan una vida nueva en una residencia de estudiantes, pensando que sería una vida tranquila y normal con nuevas amistades, hasta que se encuentran con el ex de uno de ellos que llega con una mochila cargada de secretos, m...