𝕯𝖔𝖈𝖊

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-Sawamura despierta.- eran las siete y cuarenta de la mañana y Eijun aún no despertaba, por obvias razones llegaría tarde a clases pero la razón de Shunpei para despertarlo era tan simple como el hambre.
-Vamos hombre me muero de hambre...- hacía ya 10 minutos que intentaba despertarlo.

-Dejame dormir 5 minutos más...- murmuraba adormilado y molesto.

-Tonto llegarás tarde!- al decir eso como si se tratara de un resorte Sawamura saltó de su cómoda cama y rápidamente se dirigió al baño. Luego de unos 10 minutos el ojiambar se encontraba aseado y con su uniforme puesto.

-El profesor me matará...- decía mientras ordenada su mochila.

-Siento mucho eso pero ¿podrías decirme dónde puedo comer algo en este lugar?-

-Oh claro, hay carteles por todo el instituto así que será fácil para ti, recuerda que debes hablar con el director!- rápidamente se fue de allí dejando a un muy confundido y hambriento Shunpei.

Resignado se salió del cuarto y milagrosamente logró encontrar la cafetería, estaba desierta ya que todos los alumnos se encontraban en clases por lo que el ambiente era más que tranquilo. Desayuno en abundancia y luego se fue hacía la aparente oficina del director, algo temeroso tocó la puerta resiviendo una afirmación para pasar.

-Oh eres el joven de ayer ¿cómo te encuentras?-

-Estoy bien...me dijeron que debía hablar con usted sobre mi estadía aquí.- estaba nervioso.

-Si, por lo visto no tienes tutores a los que consultar y debido a el ataque que sufriste decidimos que lo mejor para ti es que te quedes aquí. Por tu seguridad.-

-Pero...no tengo como pagar esto, no tengo familia y tampoco un trabajo.-

-No te preocupes por eso, la escuela cubrirá todos los gastos. Recibimos grandes donaciones de algunos padres así que no hay problema con pagar tu educación.-

-Muchas gracias...- estaba feliz, por fin podría vivir en paz sin la necesidad de huir o esconderse.

-Dime que edad tienes, tu nombre y de quién eres hijo por favor.- el hombre sacó un gran libro donde allí anotaba la información de todos los alumnos del establecimiento.

-Mi nombre es Sanada Shunpei, tengo 17 años y mi padre es Dionisio.- 

-Así que eres de tercer año y un semidiós griego...bien, eres bienvenido a la institución Zeus Sanada-kun.- el hombre extendió su mano y el joven la estrechó.

-Gracias señor.- sonrió.

-Tu cuarto está en el tercer piso junto a los de tercer año y tu curso es el 3-2.-

Shunpei esperaba dormir con Sawamura un tiempo más pero así sería mejor, tener su propio espacio era algo nuevo para él y pensaba aprovecharlo. Respecto a su educación se sentía calmado ya que todos allí también eran semidioses, además de tener un amigo.
Con todos los detalles ya arreglados, el joven semidiós se retiró de nueva cuenta al cuarto de Eijun hasta que la hora del almuerzo llegara, pensaba molestar a ese grupo un poco más.

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𝕯𝖎𝖔𝖘𝖊𝖘 𝕰𝖝𝖙𝖎𝖓𝖙𝖔𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora