Capítulo 20

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No pensaba en nada, me sentía demasiado abrumada. Solo dejaba que las cálidas aguas Del Mar Caribe, me envolvieran completamente.

Me sentía uno con el océano, la piel me ardía totalmente, producto de exponerla durante tantos días al sol.

Todavía sentía ese trago amargo en mi ser, que no lo podía saciar. Sentía tantas de hacer lo mismo que él, acostarme con muchos hombres, burlarme de todos ellos, solo para que sintiera lo mismo que yo. Quería gritar, quería callar a mi loba y vampira, que me gritaban que fuera con Zaid.

—¿Se puede saber porque ahora estas aquí? — me retire el tubo para snorkear que tenía en la boca y salí del agua. Ahí estaba Mateo.

—¿Como me encontraste?— pregunte mientras nada a la playa, él volaba a mi lado y me entregó una toalla.

—Debe doler esas quemaduras solares— dijo al verme toda roja de todos lados — se te olvida que yo te traje a este pequeño paraíso — me envolví en la toalla como pude — ¿Que ocurrió? — Mientras cargaba a la pequeña Ariel que reposaba en un hermoso nicho de flores.

—Quise tomar unas mini vacaciones, sentí una sobrecarga emocional, muy fuerte — trataba de explicar a grandes rasgos.

Mientras caminábamos al hotel exclusivo, los empleados del mismo nos saludaban con familiaridad.

Llegamos a la suite donde Mateo, se puso cómodo y yo me fui a bañar.

—¿Tiene que ver con Weisz, verdad?— pregunto y yo baje la mirada —¿Que te hizo Minita? Para arreglar cuentas con él —

—Ese es el problema, no me hizo nada directamente. Pero pues descubrí el tipo de relación que tenía con Calipso — Mateo bajo la mirada —¿Tú lo sabias?— ahora todo tenía sentido, lo que James dijo esa noche en el bar.

—Pues ¿que te digo Mina? — me dejé caer en mi cama.

—Soy una estúpida, yo creyendo que era un simple amor platónico — me hice bolita — Mateo enserio, mátame, arráncame el corazón o algo — llorando y desahogándome, el arcángel solo me abrazo—¿Por qué me tuve que enamorar de alguien tan complicado como él? Con demasiado pasado — llore más fuerte.

—Mina, no es que lo quiera justificar. En este momento odio a Zaid tanto como tú por hacerte llorar y sentirte así. Pero aún no nacías, no puedes pedirle a alguien que se guarde para la persona indicada, más si te lleva mas de 20 años de diferencia— me entregaba un pañuelo — quiero darle el beneficio de la duda, que se le hizo fácil tomar ese estilo de vida, era joven y no quería compromisos. —Mateo estaba peinando mi poco cabello.

—No entiendo entonces — murmuré aún con ese sentimiento en mi garganta, atorado — si él sabía desde antes la conexión que teníamos cuando nací, porque siguió con ese estilo de vida, lo recuerdo mateo y me dolía en ese tiempo— llorando— no sabía porque, hasta que mi loba me gritó "Mate" cuando se estaba besando con otra —Mateo mejor me entregaba toda la caja de pañuelos —¿Soy tan poca cosa que no le importe?—

—Eras una niña Romina, aunque si, si hubiera estado en el lugar de Weisz. Ya hubiera sentido cabeza, la verdad. Pero eso creo que debes preguntarle a él. —

—No quiero hacerlo, al menos no en estos días —me abrace más a la almohada.

—Y tienes todo el derecho del mundo a tomarte tu tiempo...por cierto, ¿puedo invadir tus vacaciones? Quiero tomar también unos días de descanso —poniendose unos lentes de sol.

—Va, pero duermes en la otra cama— El arcángel se acomodo tranquilamente a mi lado — enserio Mateo, eres mi consejero y gurú de la vida —

Así fue como Mateo y yo, nos perdimos 3 días más. Le mandamos avisar a James que estábamos entrenando por nuestra cuenta. Cosa que hacíamos en la división, si alguien necesitaba un break, se daba el lujo de entrenar por su cuenta en otro lado.

Esos 3 días estuvimos Mateo y yo en el spa, explorando las selvas de esta Isla, turisteando.

—No sabía que conocías tanto de la tierra — le admití a Mateo, mientras caminábamos por los pasillos de la Torre de la ciudad celestial.

—Todo es gracias a mi mamá, ella a querido que conociera tanto la ciudad celestial como la tierra. Me mando a la escuela, de vacaciones con mis abuelos muchas veces, hasta con Betancourt —

—Admirable, eso merece un premio — sonriendo, en eso llegamos a nuestro lugar donde entrenamiento. Obviamente su aroma siempre delata su presencia. Estaba entrenado con James y por supuesto, Calipso.

—Vaya hasta que regresaron— dijo James con una sonrisa dispuesto a abrazarme, pero al ver el estado de mi piel se detuvo — el abrazo te lo doy cuando estés bien, pequeña Romina— asentí. Sentía su mirada sobre mí, pero decidí ignorarla.

—Hola Romy — me saludo como si nada la rubia arcángel.

—Hola Calipso— le trataba de sonreír sincero, no podía. Pero lo intentaba después de todo Mateo me hizo reflexionar mucho.Era literal un ángel en toda la expresión de la palabra, reanudó el entrenamiento antes de que Zaid dijera algo.

En el entrenamiento estábamos rotándonos, por suerte me tocó hacer entrenamiento con todos, justo cuando me tocaba con él. Mateo cambiaba de ejercicio.

Zaid parecía haber captado las indirectas y ya no me miraba.

—Realmente entrenaron— dijo James limpiándose el sudor, cansado.

—¿Cómo le hicieron?— preguntó Calipso y Mateo les sonrió a ambos hermanos.

—Estuvimos entrenando abajo del agua, nos ayudo mucho — le complementé.

—Pero también, nos cansó mucho. Llegábamos muertos a la suite—expliqué recargaba en la pared.

—¡Uy! Romi dormías en la misma habitación que Mateo ¿Qué hacían los dos solitos? — canturreo Calipso.— es lista, se mete con el hijo del supremo líder.

—No digas pendejadas Calipso, no empieces — solté harta mirando mal a la rubia. Hasta James miro mal a su hermana.

—Minita es una gran amiga, nada más. —sonrió y vio como el sol se estaba poniendo — tengo que ir con los guardianes y terrenales, ya acabaron mis vacaciones. ¿Damos por terminado el entrenamiento de hoy?— preguntó y todos asentimos.

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora