Luego de atrapar al traidor de Gueldre Poizot gracias a Asta y descubrir que éste trabajaba para Ojo de la Noche Blanca, Julius ya sospechaba que alguien cercano lo fuera también, sin embargo, cierta chica de ojos azules no lo admitía, aún si contenía todas las evidencias frente a sus ojos.
Aquel día, el azabache recibió la regañina de todos los días por parte de la de rizos, consiguiendo que el hombre rodara los ojos con cansancio y le besara la frente en modo de silencio y saludo.
Actualmente la pareja se encontraba en la habitación del capitán de los Toros Negros. Yami se encontraba con su rostro en el pecho de Christine, recibiendo suaves caricias en sus cabellos por parte de la fémina con olor a arándanos y eso para él era el cielo.
- Me preocupa Will.- soltó exhausta de contener ese tema en sus pensamientos.
El hombre se tensó en su lugar al recordar lo que el sintió en aquella pelea pero luego se relajó.
- Aunque me cueste bastante trabajo admitirlo, el máscara rara es fuerte, no le pasará nada.- afirmó el azabache mientras la apretaba más contra él y olía su fragancia.
- Lo sé, pero...- sus ojos comenzaron a humedecerse y su nariz se encogió mientras apretaba los labios.-...sé que algo está mal.
Afirmó Christine y detenía sus caricias mientras comenzaba a sollozar bajo. Yami la miró preocupado, posó sus enormes manos en sus mejillas y secó con suavidad sus lágrimas con sus pulgares y como si fuera la chica algún tipo de frágil y bella porcelana, la recostó en su pecho, y ahora la situación era al revés.
- Mocosa, ya verás que todo saldrá bien. Todo en este mundo sigue su curso y si el jodido destino no quiere que las cosas salgan bien, entonces, le patearemos el trasero.
La chica solo supo llorar más ante sus palabras, esperando que estás fueran ciertas mientras también soltaba risitas por lo afortunada que se sentía al tener semejante hombre como pareja en su vida.
- Gracias, Yami...- agradeció susurrando consiguiendo que el hombre le besara con cariño su frente.-...te amo.
Soltó aquellas palabras y la mente del hombre explotó, posando una leve sonrisa de lado, la besó rápidamente mientras acariciaba el resto de lágrimas en sus rosadas y suaves mejillas.
- Yo también, mocosa tonta.- susurró en su oído una vez al separarse haciendo que lágrimas ahora de felicidad descendieran por las mejillas de la chica y una bella sonrisa se posara en sus labios.
Por desgracia, a la orden de los Toros Negros los habían enviado a una misión en la ciudad de las profundidades para conseguir una joya mágica, lo que quería decir que no vería al azabache en un tiempo, y eso solo hacía empeorar su situación.
Will aún no llegaba de su misión y la chica ya comenzaba a sacar conclusiones, o eso hacía, hasta que lo vio.
Aquella máscara resplandeciente como siempre y aquel porte elegante al caminar, es lo que hizo que la chica saliera corriendo hasta él.
- ¡Will!.- exclamó con alegría de ver de nuevo a su mejor amigo y hermano, recibiendo una hermosa y cariñosa sonrisa por parte del albino mientras éste abría sus brazos para abrazarla fuertemente.
La chica sollozó en su cuello y poco después empezó a llorar apretando más al chico contra ella.
- ¿Por qué, Will? Dime lo que está sucediendo. Te extrañaba demasiado ¿Por qué te fuiste?. Prometí jamás abandonarte, pero ¿Por qué tú me abandonas a mí?.
Aquellas preguntas hacían que el corazón del mayor, doliera en demasía y no pudo evitar que sus ojos se humedecieran mientras le pedía en su oído bajito "Llévanos hasta tu sitio especial, bella luz", haciendo que la fémina acatara su pedido.
Segundos después, sintieron la brisa en su piel y el olor a tierra y pasto húmedo en sus fosas nasales. Al separarse, secó sus mejillas, como siempre hacía, con esa bella sonrisa que ahora se veía triste.
- Bella luz.- susurró contorneando su mandíbula con sus delicadas y cuidadas manos. Retiró su máscara y la dejó en el suelo para luego sujetar las manos de la menor.- No llores, por favor, sabes como me duele cuando lo haces.- la chica solo asintió sin poder parar su llanto, se sentía lejos de su amigo, como si ya él no confiara en ella, el chico casi como si hubiera leído su mente, negó.- Claro que confío en ti, Christine. Eres la persona más importante para mí en este mundo.- afirmó el chico dando un paso adelante, posó sus dedos índice y corazón en su mentón y alzó su rostro.- Lo siento, si mi ausencia te ha causado dolor.- la de ojos azules encogió su nariz mostrando que estaba en lo cierto.- Lo siento, si has estado preocupada por los secretos que llevo y pienses que ya no confío en ti por no contarlos, cuando conoces mi vida al derecho y al revés.- soltó una pequeña risita y juntó sus frentes.- Quisiera contarlo, pero esto es más grande que nosotros. No sé si pueda...- William se quedó en blanco, su expresión había caído y Christine no entendía que es lo que estaba sucediendo, hasta que él la miró otra vez.- Él desea hablar contigo, supongo que confía en ti.
La expresión desorientada en su rostro, fue lo último que vio William, antes de dormir en su interior. Su cabello crecía y su marca de nacimiento desaparecía mientras unos ojos dorados tomaban control de su cuerpo.
La chica abrió su boca formando una circunferencia por la sorpresa.
El usuario de magia de luz, igual que ella apareció frente a sus ojos y éste la observó cauteloso.
- Buenas, señorita Christine.- saludó con una sonrisa de lado mientras hacía una pequeña reverencia.
- E-el líder de Ojo de la Noche Blanca.
Y ahí es cuando admitió que sus sospechas siempre fueron totalmente verídicas y ahora dudaba de las alentadoras palabras de Yami.
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Opuestos por Naturaleza || Yami Sukehiro
Fanfiction«Oscuridad y Claridad.» «Dos energías que inconscientemente se buscan, una para contrarrestar y la otra para ser contrarrestada.» «Irónico, porque en esta historia será lo contrario.» • • • 01/2021