C H I L D R E N S

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Seco mis manos con el trapo de cocina, y tomo los dos platos caminando hacia la mesa. Yeonjun hace una mueca graciosa y su amigo estalla en risa, haciéndome sonreír por la gran amistad que tienen. Coloco la comida en la mesa, y los dos me observan con una sonrisa acogedora, Soobin baja la cabeza rápido y Yeonjun lo observa extraño.

—¿Te pasa algo?—pregunta, y tomo los cubierto colocándolos junto a sus platos—¡Mamá, ¿qué le pasa a Soobin?!—chilla y sus ojos comienzan a cristalizarse, y observo al niño pelinegro.

—¿Te pasa algo, cariño?—le pregunto a Soobin, el cual al verme hace una cara de susto.

Mi esposo se coloca junto a mí y pasa una mano por mi cintura apegándome a él, ambos observábamos a los niños jugar en el patio fútbol. Los hijos de los vecinos gritaban entre sí por quién llevaba el primer punto, mientras Yeonjun y Soobin descansaban en el césped jugando con sus figuras de acción.

—Por dios, Yeonjun no es gay sólo tiene seis malditos años—murmuro, siento una mano en mi hombro, y giro a ver a mi mejor amiga.—Eunbyul, ¿qué tal todo?—pregunto, y mira detrás de mí. Supongo que buscando a su hijo.

—Bien, venía para ver cómo estaba Soobin.. pero lo veo con Yeonjun riendo—sonrío, y giro a verlos colocándome junto a ella, y es cierto, ambos estaban dando risitas mientras compartían miradas cómplices.—Me alegro que se lleven bien. Sorah, el viernes será la fiesta de mi hijo y me preguntaba si podrías llevas a Yeonjun para celebrarlo con él y con sus amigos del kínder.

Giro a ver a mi amiga, y asiento.

—Estaremos allí.

.....

Pierdo de vista a mi hijo y a Soobin, los cuales estaban tomados de las manos mientras subían las escaleras corriendo. Doy un sorbo a mi vaso de limonada, y le presto atención a la conversación entre algunas madres que estaban en la cocina, todas dejan de hablar y me observan. Frunzo el ceño, y una de ellas me dice:

—No deberías permitir que tu hijo haga eso—termino mi bebida, y relamo mis labios.

—Disculpa, ¿pero hacer qué?

—Tomarse de la mano con otro niño, se ve mal—desvió la mirada de sus ojos avellanas, y encuentro a mi esposo charlar con la madre de Soobin—Deberías separarlos, se acostumbrarán a estar agarrados de las manos y cuando crezcan no querrás que sean criticados.

—Son niños, no saben lo que hacen. Yeonjun tiene soete y Soobin acaba de cumplir seis hoy. Claro que corregiré eso, pero será dentro de un año o más, no saben qué significa ser gay o cosas así, dejen que disfruten el momento. Además es mi hijo, y yo sé que le conviene o no—digo todo eso algo enojada, y salgo de la cocina con pasos rápidos.

Jiseok me toma del brazo y me hace verlo, lo abrazo con fuerza y Eunbyul se nos acerca preocupada.

—¿Paso algo en la cocina?—niego rápidamente.

—No, sólo tuvimos una pequeña pelea por el comité de aula—enrollo mis brazos en la cintura de mi esposo—Eunbyul, ¿podrías dejarnos solos por un momento?—pregunto, y mi amiga asiente con una sonrisa.

Siento el mentón del hombre que me hace feliz sobre mi cabeza, y escucho los latidos de su corazón latir despacio, como una melodía romántica.

—¿De qué quieres hablar, amor?—muerdo mi labio, y giro hacia la cocina. Algunas mamá me seguían mirando con desaprobación, y una idea de me ocurrió por la cabeza.

—¿Te gustaría mudarte fuera de la ciudad?

.....

one shot's ㅡ YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora