El misterio del primer amor. Supongo que es raro que aun ese pensamiento se encuentre vagando por mi cabeza, para ser honesta lo he pensado bastante ¿Será porque estoy viviendo mi segundo amor y está siendo justamente mejor que el primero?, ¿Será que estoy muy asustada para admitir que no quiero que me rompan otra vez?
Porque cuando te tienen, te tienen, lo sabes, es el juego del que siempre he hablado. El juego de enamorarnos, es coqueto, sexy, excitante, bueno, cálido, amoroso, mejor que cualquier droga. Pero normalmente es una droga que viene con sus defectos tal y como todos los vicios. Hay un precio que pagar supongo que con el tiempo puede ser que la tarifa suba pero siempre todo se tiene que complementar.
La historia del primer amor es igual que cualquier otra un inicio un climax y un desenlace y muy rara vez los primeros tienen lo que uno llamaría desenlace, tienen un final y ese es un punto final.
Sé resume fácil pero los sentimientos que aprendiste no existen palabras con que describirlas.
Era un ser vivo, con el que conectaste, con el que fuiste y marcó esa línea de tu vida, no lo quieres de regreso, porque con el tiempo entiendes el porqué fallo pero sabes que lo que hubo ahí fue especial.
Lo estupido es pensar que todas nuestras relaciones serán así de especiales, claro que existirán otras personas que serán marcas en nuestra gran línea del tiempo que es nuestra vida, pero tenemos que entender que también existirán otras que serán pasajeras, con fecha de expiración y que también está bien disfrutar de esas.
Las personas nos dejan experiencias y las experiencias nos dejan aprendizajes y supongo que nunca hay suficientes de ellos.
Todos pensamos que se trata de sexo, de impulsos pero realmente no es así, tal vez la primera vez sí, pero la segunda se trata de distinguir.
Es saber cuándo encontrar esa conexión con alguien y aferrarse con uñas y dientes a ella porque no llegan fácil y si no funciona saber al mismo tiempo cuando dejar de pelear.
Curarte las heridas, reparar tu vida y empezar de nuevo.
Una y otra vez.
¿Tropiezos? Varios, pero no hubo ninguno aburrido, puras experiencias.
Y así va, de caídas a paraísos cuando encuentras ese sentimiento.
El sentimiento de calor cuando sientes su cuerpo junto al tuyo, como una mirada automáticamente regala una sonrisa, como su risa provoca la tuya, que realmente encuentres amor, que esa sea siempre la constante, eso es si es especial.
Ese es el gran misterio del primer amor que nadie puede entender.
Si se termino, se termino.
Solo fue quien nos enseñó a amar, quién nos hizo probar ese sentimiento por primera vez.
Pero eso eso todo, hay más y hay mucho mejor.
Porque la primera vez es totalmente primitivo, impulsivo.
La segunda vez, cuando realmente es real, es humano, defectuoso pero esencial, extrañamente funcional y maravillosamente perfecto.
Lo que alguna vez estuvo roto, se vuelve más fuerte.
Lo que alguna vez no tuvo sentido, simplemente se vuelve claro.
Todo lo que no encajaba, simplemente se acomoda en su lugar.
Porque lo hiciste con los ojos abiertos y el corazón en las manos.
Rogándole a la vida que esta vez no te rompan.
Pero teniendo la fe en el corazón.
El primer amor es efímero de naturaleza.
El segundo es único por decisión.