Eran cerca de las doce del medio día cuando el pequeño de la casa se percataban de los gritos de sus padres; nuevamente estaban discutiendo. No sabría ni como , ni cuando de un momento a otro su padre yacía en el suelo y junto con el un gran charco de sangre.
Se encontraba aturdido por el sonido que el arma que su madre sostenía entre sus manos, después de eso solo recuerda ver todo negro y despertar en un cuarto muy grande con su madre a lado. Su madre estaba despierta así que se atrevió a cuestionarle, de alguna manera unió sus palabras y formuló la pregunta.
-¿Madre, que hacemos aquí? -Sus ojos brillaban, aun cuando apenas si se veían por las marcadas bolsas que tenia debajo de ellos.
-Sung, mi pequeño Sung, aquí viviremos de ahora en adelante. Es casa de tu abuelo.-Al terminar de decirle esto a su pequeño, un golpe en la puerta resonó en la habitación junto con una voz gruesa preguntando si podía pasar. Su madre contesto con su suave voz que efectivamente podía pasar. Un hombre alto, piel color porcelana, ojos avellana; vestido de un traje color azul marino y muchos anillos en sus dedos se abrió paso por la amplia habitación. Sonriendo se acerco al pie de la cama donde su hija y nieto se encontraban.
-¿Cómo están hijita? -Dirigiendo la mirada hacia la aun paliducha y desnutrida mujer. -Gracias a ti y tu personal estamos bien padre, gracias. -Esta ultima palabra salio de su boca casi como un suspiro, en realidad, sabía que si ella no lo mataba con sus propias manos no se encontraría tranquila. Agradecía que su padre formara parte de aquella elite, con ellos estaría más que protegida de eso no tenía duda.
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Así fue como el pequeño Jisung creció en aquella fortaleza, rodeado de personal de su abuelo, su madre se había integrado activamente al negocio familiar. Jisung iba a donde quería y cuando quería, compraba lo que se le diera la gana, nunca tuvo carencias económicas y ni decir de las emocionales. Su abuelo era como su padre, lo amaba y respetaba, con su madre era la misma situación. Al cumplir sus 18 años, le dijo a su abuelo y madre que deseaba a ir a aquella universidad donde estudiaría Diseño de modas, por supuesto no se negaron y pusieron manos a la obra, el curso empezaba en unos meses y al ser una institución privada podría inscribirse sin problemas.
-¿Seguro que deseas estudiar esto, Sung? - Le pregunto por quita vez en el día su amada madre, ella había imaginado un abogado, un medico, e incluso un contador pero que a su pequeño retoño le interesara la moda instintivamente no le sorprendió pues ella sabia que él era distinto a los demás.
-Madre, estoy seguro. Sabes que ese ha sido mi sueño desde muy pequeño, y hacer lo que me gusta sin necesidad de soportar el dolor que tenia con aquel hombre. Aparte Changbin ira conmigo ¿recuerdas?- Nunca mencionaba el nombre de su padre desde que tenía cerca de cinco años, pues le causo muchas heridas unas ya sanadas otras ni el mismo sabía que eran pero estaban en él y dolían. En fin siempre estaba decidido a hacer lo que le gustaba así que se esforzó mucho en sus años escolares para lograr buenas notas y ser un buen estudiante, tenía pocos pero muy buenos amigos, e iría a aquella universidad con su mejor amigo Binnie el estudiaría letras y estarían en la misma facultad.
