Una causa perdida

•Sueño •III

Scott me dio ropa, me bañe y me recosté en la cama boca arriba viendo al vacío. Estaba pensando en que haría, si decirle a Scott sobre todo.

Sería muy extraño para el, y suponía que debía mostrarle que tenía poderes y era una mujer lobo. Antes de irse de la habitación para poder dormir, me dijo que mañana vendrían unos amigos de el para conocerme, no se por que exactamente quiere eso pero no me molesta conocer a más personas. Aún que me daba miedo que pudiera pasar algo y me delataran.

Estaba sumida en mis pensamientos que ni se en que momento cerré los ojos y caí en un profundo sueño.

-Tranquila prometo que todo pasará muy rápido- escuche al doctor decir de lado mío, estaba en una canilla en un cuarto de cuatro paredes. Paredes blancas, el doctor estaba experimentando conmigo.
-Esto será rápido- dijo mientras me pinchaba una aguja en mi muslo derecho.

-¡Ahhhh arde!-grite, ardía demasiado. Era como si lo que me hubiera inyectado se esparciera por todo el cuerpo y dejara tóxico líquido por todas partes.

-¡Por favor basta!- estaba llorando, gritando, pataleando.-¡Arde mucho!- gritaba, mientras los doctores solo me miraban y escribían en carpetas.

-Tenemos que inyectar más- escuche decir a uno, agarro una aguja y puso líquido.-Cuiden que no se mueva- le dijo a otro doctor. Se acercó a mi y agarro mi muslo izquierdo con fuerza, pincho la aguja.

-¡Ahhhh por favor paren!- grite.

Me levante de golpe, agitada y sudando. Ese sueño representaba lo que pasaba comúnmente en el psiquiátrico, estudiaban sobre mi, era su conejo de Indias. Estaban impactado por mis sobrenaturalidad.

Escuché la puerta, alguien tocaba. Me tensé y no se por que pensé que eran los del psiquiátrico.-Atana, ¿estás despierta?- tocaron de nuevo levemente la puerta, era la voz de Scott. Me tranquilizo mucho escuchar su voz.

-Si- afirme. El entro abriendo la puerta lentamente. Después de entrar cerró la puerta. Me levante de la cama y camine hacia el-¿pasa algo?- pregunte, era raro que viniera a esa hora, debían ser las 3 o 4 de la mañana, ya que por la ventana estaba todo oscuro.

-Escuche tu respiración agitada- dijo, y fruncí el ceño- digo- se puso nervioso- yo solo escuché ruido y quería ver si estabas bien.

-Si estoy bien Gracias por preocuparte- dije con una sonrisa de boca cerrada. El asintió igual con una sonrisa de boca cerrada.

-Bueno, supongo que iré a dormir- se giró sobre sus talones y se dirigió a la puerta. Lo estaba pensando bien y sentía que debía contarle de donde venía y por qué estaba en el bosque a tantas horas de la noche.

Y había posibilidades que todo se solucionara, quizás me ayudaría, si tenía suerte. Aún que no lo conocía en lo absoluto, también podría delatarme. ¿Qué tal si estaban dando una recompensa por mi?, tampoco me podría arriesgar.

Hice lo mismo que el y me giré sobre mis tobillos para ir a la cama, hasta que escuché que la puerta se abrió más. Me giré y estaba ahí, mirándome las piernas. Por instinto me las mire y traía rasguños y piquetes por mas agujas del psiquiátrico.

Me puse nerviosa al instante, iba a preguntar algo, ya lo sabía, pero para mi sorpresa se giró y cerró la puerta.

Me alivie un poco, aún que no del todo. Estaba empezando a sospechar, debía hacer algo. Pero lo haría mañana, me estaba muriendo de sueño y dormir eran prioridades.

Ya vería que hacer mañana, si quería quedarme unos días más con el, tenia mínimo que contarle algo. Tenía que arriesgarme, y pensar que hacer. No toda la vida estaría encerrada ocultándome en una casa con extraños, ademas los pondría en peligro y no me gustaría eso.

Cerré mis ojos y volví a caer en un sueño profundo.

•••

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A.B ☻︎