CAPÍTULO 14

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CAPÍTULO 14

-         Aquí estamos. Hemos llegado. ¿Preparada?

La mañana había transcurrido algo incómoda después de despertar abrazada a Connor. Pero ese no era el motivo de la incomodidad. De hecho, él no parecía arrepentirse de haberme abrazado, y yo me alegré al despertarme de descubrir que no me había soltado. Pero estaba algo preocupada. Thomas estaba desaparecido y yo me abrazaba por la noche a un desconocido, que resulta que me conoce más que yo misma. A eso se le sumaba la amargura de no tener a Thomas conmigo. Y la decepción de que Enna no pueda darme las respuestas que necesito en vez de unos desconocidos. En total, había pasado toda la mañana deprimida y Connor, sabía que yo no querría hablar sobre ellos, ni sobre nada en realidad. Por lo que el silencio ésta vez había estado lleno de todo tipo de incomodidades. Ésta vez, aunque Ignis me había pedido jugar unas cuantas veces, yo no había sido capaz de hacerle caso. El Fénix había acabado volando entre nosotros y creando destellos de luz en el cielo. A medio día no había sido capaz de comer nada, y pocas horas después habíamos llegado a nuestro destino.

En este momento nos encontramos frente a un enorme palacio medieval con altas torres terminadas en punta y de una construcción parecida al mármol. Yo me quedo con la boca abierta debido a la estupefacción de la magia que desprende. Connor me pregunta si estoy preparada. Pero…

-         Preparada…¿exactamente para qué? – digo con voz asustada.

-         Para saber la verdad.

No sé si quiero saber la verdad. Pero puesto que ya lo único que tengo es la oportunidad de saber quién soy, tengo que hacerlo.

-         Antes de nada, hay algo que tienes que saber Alysa. -  dice Connor antes de que yo conteste. – todo lo que has vivido hasta ahora, los que crees que son tus padres, Neverhood, tus amigos, tu vida normal antes de encontrarte con lo que eres de verdad…olvídalo. Todo.

Comienzo a pensar en mi vida anterior, y aunque hace apenas dos semanas, mi vida era totalmente normal, parece que hace un siglo de ello.

-         Está bien pero mis padres…

-         No. Ahora, entremos.

Veo que el Fénix emprende el vuelo hacia arriba y se introduce en un agujero situado en lo alto de una de las puntiagudas torres. Connor me guía hasta el gran portón principal con el escudo de Ignis en el centro, traspasando un puente que oculta un foso con agua.  Cuando llegamos, saca una llave de su alforja y abre el portón.

-         ¿No vamos a llamar?

-         No, nos esperan. Bueno… de echo… - hace una pausa dudando. – llevan esperándote toda la vida.

-         ¿Qué? ¿Quién…?

Pero antes de que termine la frase, el portón se abre y un gran pasillo de paredes blancas se encuentra frente a nosotros. Lo recorremos en silencio, y llegamos a un amplio vestíbulo con una escalinata  cubierta de una alfombra roja con detalles dorados. La escalinata se divide en dos en lo alto dejando en el centro una pared con un retrato de seguramente el rey y la reina. Miro hacia arriba y veo el innumerable número de pisos. Seguramente con salas de baile, habitaciones, baños, bibliotecas y lo que quiera que puede haber en castillos como éstos. Vuelvo a dirigir mi mirada al retrato y mi expresión cambia de la sorpresa a la estupefacción.

“Una mujer elegante y bella, de piel pálida, cabello de un castaño con toques dorados parecido al mío, recogido en un precioso peinado en el que dejan caer dos tirabuzones a ambos lados de la cara, unos ojos tan grises y azulados como uno de los míos y una preciosa tiara dorada adornando su cabello. A su lado, un gran hombre de posición parecida a la de un rey, piel morena, ojos anaranjados como el fuego, al igual que mi otro ojo, y cortos rizos de oro debajo de una gran corona real.”

IGNIS; El Fénix de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora