Kora, una más por el camino oscuro...

Mi alma triste, cual piano solitario...(1a parte)

No recuerdo muy bien lo que hice, solo se que me descontrole, lo veía todo borroso, y al final, una gran mancha de sangre en el suelo, con un cuerpo en medio, el de Rebeca.

Estaba muerta.

Vi como Alex me miraba asustada, como un niño mira hacia la oscuridad, con miedo a que venga el monstruo...

Estaba agitada, y ciertamente aterrorizada, me fui corriendo, por mucha determinación que tuviese al principio, estaba desconcertada.

Salí del insituto sin que nadie me viese y fui corriendo hacia mi casa. Corrí cómo nunca, pensando que los profesores me persiguieran, pero no, solo era una mala pasada.

Entre a mi casa asustada, cerrando la puerta de golpe, por suerte no había nadie, me desnude tal y como pude y metí la ropa ensangrecida a la lavadora. Me senté en sofá con una manta encima, con la mirada perdida, pensando...«No puedo volver, no lo haré, no debo...me iré, no se donde pero me iré..pero...mamá...» Empecé a llorar, como nunca lo hice, la hecharia de menos, no poderla abrazar, no poderle besar el cachete nunca más, no recibir más su consuelo...todo por una estupidez...«Lo siento mama...perdoname por todo...» Gritaba, en silencio.

Me di un baño de agua helada, tenia que despertar y pensar en todo, con determinación. Salí «Si me visto igual, me reconocerán...tengo que desarecer...» tenía las ropas perfectas. Unos pantalones de cuero, un corsé, unas botas altas de cadenas y encajes, y una gabardina negra. Oscuro, perfecto. «No puedo tener el mismo rostro...» cogí los cosméticos de mi madre y me maqille los ojos, algo parecido a los que se utilizan en el rock, pero más fino. Cogí el labial negro y lo restregue por los labios, pero algo faltaba...una sonrisa...de la comisura de mis labios, arrastre el labial hasta los poulos, un poco más abajo, y la engrose, lo mismo con la otra, perfecto.

En mi cabeza habitaba la música de un piano, junto con un nombre...«Kora...» una nueva pesadilla para la sociedad...