¡Eres Ruidosa! [Killua Zoldyck x tu]

Capitulo tres

En ese momento sentías estar lejos de ser competente. Te dirigías a paso lento a la habitación continua del tuyo donde se resguardaba cierto mocoso y su amigo.

—No, no, no. ¿Que rayos estoy haciendo? —susurrabas.

Querías parar, te repetías una y otra vez con un dolor de cabeza que esos niños no tenían nada que ver contigo, pero no podías evitar sentirte culpable por no haber ayudado a Gon cuando cayó inconsciente. Te conocias bien y discernías que no conciliarías el sueño si no veías al moreno, tu lado amable sobresalía.

Tus manos apretaban con fuerza una caja de pizza enorme, no irías con las manos vacías, por supuesto. Y  si era posible solo entregarías la caja y saldrías de ahi sin decir nada; ellos se encargarían de deducir tu sentimiento de culpa si eran listos.

Diste unos toques a la puerta después de pensar por un rato. ¡Tranquilízate ____! ¡Solo son dos mocosos por los que sientes pena!

—¿Hmm? ¿Chicos, han pedido pizza? —hablo un hombre con lentes y tras el un pequeño niño lo acompañaba curioso.

Escuchaste una voz negándolo.

—E-ste— tartamudeaste —¿S-se  encuentra Killua-kun y Gon-kun? — ¡¿Killua KUN?! ¡¿Gon KUN?! ¡¿Que demonios estoy diciendo?! Querías golpearte por haber dicho tal estupidez.

Jamás les hablabas con tal ridiculez en honoríficos.

—¡Ah, eres amiga de los chicos! ¡Pasa, yo ya me iba! —te sonrió para salir aun lado tuyo y el niño te sonrió siguiéndolo, le devolviste una sonrisa tímida.

Suspiraste cerrando la puerta y entrando a la habitación donde seguro se hallaban los chicos. Cuando entraste Gon te miraba apenado y Killua trataba de contener su risa tapándose con ambas manos la boca.

Te sonrojaste. Killua quito sus manos de los labios y empezó a hablar con una voz chillona, intentando imitarte.

—¡Ah! ~Gon-Kun~ ¡Sálvame, por favor! ¡Gon-kun! —gimió exageradamente — ¡Killua-kun! ¡Bésame, no puedo vivir ni un día mas sin tocar tus perfectos y sabrosos labios! ¡Ah! ¡Killu...— no dejaste que terminara y le estampaste un puñetazo en la boca del estómago. —¡Idiota que estas haciendo!

—Tu empezaste, ni siquiera imitas bien —respondiste molesta— Parecías una rata en pleno proceso de parto. Fue perturbador.

Gon se carcajeó.

—¡No es mi culpa que al llegar fingieras voz linda! ¡Ni siquiera eres linda! ¿Verdad Gon? — se giro hacia el pelinegro con una mirada de complice que claramente el inocente chico no entendería. Los ojos de Gon brillaron con ternura.

—¡Que dices Killua! ¡____-chan es muy bonita! ¡Tiene muchos admiradores en el coliseo y...

—Cállate que no ayudas Gon— se giró enojado— ¿Que quieres? ¿A que has venido? —se calló abruptamente.

El corazón del albino comenzó a palpitar con fuerza al verte, tus mejillas estaban completamente rojas dándote un aspecto para su mal gusto, uno bastante... tierno y tu suave sonrisa simplemente hacía mas intensa tu dulce expresión. En el momento que vio esa escena, tanto su mente y su cuerpo  se congelaron. Sin darse cuenta, estaba fascinado por ti.