eight.

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VENOMOUS LIPS
008. | ‘ i'm like you '


DESPUÉS DE INSTALARSE EN UNA CASA NUEVA, EMILIA trató de mantener sus tendencias salvajes al mínimo. Con la ayuda de Maya, parecía mantener su ansiedad de sangre hasta mas baja. Algo que ambas veían como imposible. A raíz de convertirse en vampiro, Emilia repentinamente dejó atrás su deseo sexual solo a veces, desencadenandolo en un individuo afortunado antes de desgarrar sus venas cardiovasculares. Quería cambiar por sus formas venenosas porque Maya era la luz que eventualmente podría salvar a su hermana.

Maya mantuvo la casa abajo, y poco a poco se enamoró del vecino de al lado  desde lejos. El brillo en sus ojos que obtenía era una clara señal para Emilia de quién se había ganado su afecto. El hombre llamado Austin Davidson, que era una especie de comerciante en la empresa de su familia. Al verla mirándolo en el porche, Emilia se encargó de empujarlo hacia adelante.

—Hablar con el sería un buen comienzo—Dijo Emilia sorprendiendo a su hermana mientras se levantaba y trataba de negar lo que estaba haciendo.

—No está interesado. Apenas sabe que existo—Habló Maya apartándose el cabello, mirando hacia arriba para ver a Austin de nuevo y rápidamente se dió la vuelta.

Miró en su dirección y las saludó con una sonrisa. Emilia le devolvió el ealiod mientras Maya solo le devolvió la sonrisa y se sonrojó para dar como resultado unas mejillas rosadas.

—Eso no parece que no sepa que existes. En todo caso, es una señal de que grita “Me gustaría salir contigo"—Emilia le dijo a su hermana que ahora se había apresurado a entrar.

—¿Por qué le gustaría salir conmigo? Después de que sepa lo que somos, guita lo más lejos que pueda—Maya descartó cualquier posible relación que pudiera tener con Austin. Sabiendo que su hermana pensaría lo mismo, porque ¿Quien querría estar con un vampiro?.

—¿Quien sabe cómo va a reaccionar? Lo invitaría está noche y vería dónde están sus emociones—Emilia miró a su hermana y antes de que Maya pudiera responder habló—Y no acepto un no por respuesta—

—Me voy se casa por un tiempo y será mejor que me entere mañana—Dijo la rubia subiendo las escaleras antes de salir corriendo a la ciudad para  ver en qué podía ocuparse  hasta que terminara la cita de su hermana.

El único lugar que la atraía era un bar bastante pequeño en el que Emilia se encontraba a menudo. No tienes que hablar con el camarero, ya que el sabía lo que quiera cada vez que venía; bourbon puro. Ser un vampiro no te convierte en un peso ligero a pesar de que ella nunca lo había sido pata empezar. Sin embargo, la música de baile ciertamente la atrajo a la pista con hombres ebrios que intentaban meterse en sus pantalones.
Lentamente, se encontró chupando sangre pura de los hombres sin que nadie sospechara o acechara. La próxima vez que visitara el bar, no estaría sola.

—Bourbon, ordenado—Emilia le preguntó a un nuevo cantinero y mientras esperaba, miró alrededor hacia la emoción del bar. La gente, la música, el alcohol y, de repente, empezó a preguntarse que parte de la vida había dejado atrás.

—¿Bourbon? Sospecho que una bebida menos fuerte para la dama—Un hombre hizo que su voz fuera conocida mientras vitoreaba la bebida en si dirección.

Ella sonrió con malicia en su dirección, tamborileando con los dedos en su dirección.

—Las personas que realmente me conocen saben que ningún tipo de alcohol es demasiado fuerte para mi—

El hombre con el cabello casi rapado había un lado, un esmoquin negro perfectamente adaptado que parecía combinar con su vestido completamente blanco. Los dos casi contrastaban entre si, la inocencia blanca que Emilia quería mantener pero la oscuridad negra la había retroceder. Se sentó en el taburete que estaba junto a ella y tomó el bourbon que estaba dejando, mirándolos con ojos penetrantes.

—El bourbon es la bebida favorita de mi hermano—Dijo tomando un sorbo—Y ciertamente puedo ver por qué—

El le tiende la bebida y ella la toma con facilidad, tomando un sorbo ella misma

—Siempre ha sido mi bebida favorita, algo en ella me hace sentir bienvenida—
Emilia frunció los labios pata darles el volumen que siempre supo que atraía a los hombres. Lentamente encontró que sus dedos subían por la barra hasta los de él, y tarareaban cuando los alcanzaba.
—Somos parecidos en más de un sentido—Dijo el hombre ahora de pie sobre la posición sentada de Emilia.

—¿Cómo es que?

El tono su mano y la condujo hacia adelante, extendiendo sus brazos por toda la habitación y susurrándole al oído.

—Elige a cualquiera. Y así es como vamos a festejar está noche—

Sus ojos se abren al darse cuenta de que su tapadera está descubierta, pero también al hecho de que el extraño desconocido también era como ella. Aunque, ella hizo todo lo posible por fingir.

—¿Alguien en absoluto? ¿Por qué?—Dijo inocentemente, y lentamente sus venas sedientas de sangre comenzaron a salir de debajo de sus ojos mientras se agarraba firmemente a la barandilla frente a ella.

—No se puede negar lo que eres, lo he visto en la pista de baile. Soy como tú, elige y únete a mi en el festín que simplemente intoxicará tu sed de tomar más y más hasta que no tengas simpátia por las vidas que tomas—Susurró con una voz tentadora que solo alentó a Emilia a divulgar en la garganta de alguien.

—Simplemente no me banqueteo con cualquiera, especialmente si no se su nombre—Dijo con ingenio rápido antes de que el rápidamente la girara.
El tomó su mano y le dió un beso eterno.

—Stefan Salvatore—

ᵛᵉⁿᵒᵐᵒᵘˢ ˡⁱᵖˢ ▸ 𝐒𝐓𝐄𝐅𝐀𝐍 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora