Eres parte de un juego mental donde muy pocos logran salir con vida. Un juego que pondrá a prueba tu mente y te demostrará que nada es lo que parece.
Solo hay una regla: ganar.
Claire se muda a Wonderf, un pueblo oscuro y solitario, en donde tendr...
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Claire
Estaba en mi habitación bailando como una desquiciada, actuando como si horas antes no hubiese tirado la vida de uno de mis amigos por la borda.
¿Me sentía culpable? Si.
¿Iba a ponerme a llorar y sanar mis traumas de manera normal? Claramente no.
Tome el control remoto y subí la música hasta que mis oídos sientan que estaban a punto de estallar. Las paredes retumbaban las canciones de Green Day, impulsando a mi cuerpo a bailar en ropa interior por toda la casa. Necesitaba relajarme, realmente lo necesitaba y que mejor que buena musica y un cigarrillo. Yo no consumia esa mierda, sabía lo maligno que era, pero necesitaba aferrarme a algo que calmese mi ansiedad por un rato. De a poco percibí como la musica electrizaba mis venas subiendo como éxtasis de adrenalida y descontrol.
Mi respiración estaba agitada, mis pies descalzos: congelados de frío. Aunque toda esa paz se sintió opacada cuando alguien todo el timbre. Frustrada bajé las escaleras, dejando el cigarrillo de lado.
−Más le vale que sea el repartidor de pizza o unos gemelos que se apellidan Weasley −baje el último escalón y abrí la puerta con prisa −, si no mataré a quién...
Me corté al darme cuenta que no acerté en ninguna de ambas opciones.
Kol junto con Minerva estaban parados frente a mi puerta con sus semblantes fruncidos. Me miraban raro y no entendí el porque hasta que pregunte.
−¡¿QUE?! −exclame, viendo que se quedaban con la boca abierta sin decir nada.
Minerva comenzó a reírse a carcajadas, hasta que señaló con su mano mis pechos. Bajé la vista y...
−¡Maldición! −solté, dándome cuenta que todavía seguía en ropa interior.
Cerré la puerta de inmediato, muriéndome de verguenza. El cigarrillo sin dudas habia dañado las pocas neuronas que aun seguían funcionando.
−Te esperamos en casa −grito Minerva alejandose −. Y por cierto... Buen trasero.
Ambos se rieron de mí, haciéndome sentir la chica más estupida del pleneta entero. Bueno... Tal vez así me sentía luego de la noche de ayer. De seguro me costaría todo una vida dejar de sentir la culpa que estaba sintiendo en este preciso momento, pero sin dudas la opción que escogí fue la correcta.
¿Qué otra opción tenía que elegir entre mi mejor amiga o un chico que cargaba consigo uno de mis más oscuros secretos?