¿Who Are You? OS Jimsu.

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú? Tú no eres aquella persona hermosa y magnifica de a que me enamoré, oh no, tengo muy bien en claro que no lo eres, ¿siquiera...volverás a serlo? Dame un minuto, solo uno, para comprender porque cambiaste tanto, tus palabras crudas me abofetean y tu mirada muerta me deja completamente helado, ¿Dónde está ese Yoongi tan dulce y encantador, aunque en ocasiones amagado? O, ¿Dónde está aquel chico pálido que le encanta jugar al básquet y enseñarme, a pesar de que soy malísimo en deportes? Tu sonrisa gomosa se ha ido junto con mi corazón que aun palpita por ti, no, por Min Yoongi, por mi Hyung que al parecer no volveré a ver, se un chico bueno y devuélvemelo.

— ¿Quién eres tú? — pregunté a aquella persona, sus ojos voltearon un segundo, no más, hacia mí, mi cuerpo tembló y casi me desestabilizo, él es capaz de desnudar mi alma y juzgarme a su antojo, siempre ha tenido ese poder sobre mí con tan solo mirarme con su felinos y oscuros ojos, no me respondió, simplemente devolvió su mirada a la pintura que hacía.

Últimamente pintaba mucho para pasar el tiempo, para distraer su mente de todo lo malo que estaba a su alrededor.

En su caótico alrededor.

Retrataba muchas cosas hermosas, tristes y hasta espeluznantes, objetos flores, atardeceres, labios, rostros de su familia, nuestra escuela...todo lo que su débil mente pudiera recordar, pero ahora pintaba un puro eh inmaculado cielo claro, me enfureció. Por alguna extraña razón –o por una muy cuerda razón- nunca me responde, no desde que está en ese hospital tétrico que consumió su alma.

Lo recuerdo, como si hubiera sido ayer, cuando desviando su mirada me dijo que lo tenían que dejar allí por un problema de pulmones, algo extraño ya que, Yoongi siempre jugaba y no se cansaba, sudaba o algo por el estilo, siempre con una energía impresionante en el campo, y un flojo desempeño en los demás ámbitos, pero así era, por supuesto que nunca me lo imaginé.

Éramos unos inmaduros en esa época y nos dijimos muchas cosas; yo le dije muchas cosas, buenas y malas, pero eso ya da igual.

De hecho, ya todo da igual a estas alturas.

Fui testigo de cómo se marchitaba su pasión y sus sueños en esa maldita habitación blanca, como su sonrisa y su mirada se apagaban lentamente, siempre fue delgado, pero no tanto como ahora.

No puedo evitar que, al verlo así, me pregunte a mí mismo con un dolor indescriptible, ¿Quién es la persona que mis ojos perciben? Sus palabras sarcásticas confunden mi sentido de pensar, sus sonrisas involuntarias me estremecen y su silencioso y cobarde llanto me quiebra por completo en las frías noches que me quedo a su lado.

Al verlo puedo deducir con firmeza la cruda realidad, que él está muriendo lentamente y yo soy testigo de eso, lo odio, quiero volver verlo, a Yoongi Hyung, al Yoongi que conozco, al que amo y extraño con cada pequeña fibra de mi pobre y destrozado corazón.

— Respóndeme. — el volteo nuevamente, en otras ocasiones su mirada se veía molesta, pero ahora no noto nada más que tristeza y vacío, miró fijamente a mi cuello, al collar pequeño de oro concretamente y luego conectamos miradas, debo ser fuerte y soportarlo con valor, soportar el fuego en mi pecho que no se apaga. — ¿Quién eres tú?

— ¿Quién soy yo? — pensativo desvió su mirada a la pared, luego devolvió su concentración a la pintura y dio varias pinceladas más y mojó de nuevo el pincel en la pintura oscura, yo asentí encantado con su dulce y suave voz que sale de esos labios rosas y delgados, Dios mío. No me hagas esto, te lo ruego. — Soy Min Yoongi, ya respondí, ahora, ¿Quién eres tú?

Mi garganta se secó y mis palabras se enredaron, ¿Qué demonios? ¡¿Por qué me preguntaba algo como eso?! Tan hipócrita, y aun así, mis labios duelen por querer comérmelo a besos, así estoy, así me tiene.