Me desperté abruptamente con Daryl tomando el control de mi despertar de manera brusca. La penumbra del alba apenas comenzaba a filtrarse por los barrotes de la celda, y yo aún me aferraba a una sábana que ofrecía poco consuelo en ese lugar desolado. Supuestamente, ya era tarde, y mis horas de sueño se habían enrollado en esa sábana como una manta de protección. Mientras Daryl se quejaba, yo simplemente me estiraba, enfrentando su mal humor con una mirada desinteresada. En medio de sus quejas interminables, se dio cuenta de que me resultaba indiferente lo que le sucediera, y por eso, con una brusquedad inesperada, me levantó del brazo. Mi reacción no fue la mejor; la presión de su agarre me causó dolor, solté un insulto sin pensarlo, un desahogo que ni él ni yo anticipábamos. Levantó las cejas sorprendido, y su risa resonó en el aire, marcando el comienzo de un día que se perfilaba lleno de incertidumbre. Después de ese incidente, Daryl indicó que lo siguiera y comenzó a caminar fuera de la zona de cárceles. Le pregunté a dónde íbamos, pero no obtuve respuesta, lo cual aumentó mi nerviosismo. Traté de calmarme y simplemente seguirle el paso, evitando pensar o hablar.
Al llegar, nos encontramos con Rick, quien estaba en medio de una conversación con los demás. Sin embargo, al vernos, el silencio cayó sobre el grupo. Sus miradas se clavaron en nosotros mientras nos acomodábamos entre ellos, y no tardaron en iniciar las quejas y los intentos de expulsarme. Nadie estaba contento con mi presencia, y la saturación de rechazo alcanzaba su punto máximo. Era como si todos los problemas que me persiguieron antes no se hubieran desvanecido, y me enfrentaba a esos sentimientos horribles, sin poder olvidar las intensas ganas de morir que crecían con fuerza. Lamentablemente, el deseo de morir persistía, pero al mismo tiempo, el miedo a cómo podría llegar a suceder me atormentaba. La desesperación se apoderaba de mí, creciendo y asustándome cada vez más. En medio de este torbellino emocional, Daryl y yo éramos islas de indiferencia, enfrentando la tormenta de miradas acusadoras. Las palabras de desprecio y las expresiones de disgusto se mezclaban en un murmullo opresivo. Quería desaparecer, sumergirme en la oscuridad que amenazaba con engullirme por completo. A pesar de mi deseo de pasar desapercibida, la tensión en el ambiente no se disipaba. La frialdad de sus miradas perforaba mi piel, y cada palabra lanzada como un cuchillo me hería un poco más. Mientras Rick hablaba, su voz resonaba en mis oídos, pero no lograba entender las palabras. La certeza de que mi destino pendía de un hilo me envolvía como una soga que aprieta el cuello. Daryl se mantenía a mi lado, su figura imponente como un protector silencioso. Podía sentir que, de alguna manera, su presencia era mi única salvación.
A medida que las discusiones avanzaban, una sensación de fatalidad se apoderaba de mí ser. Querían deshacerse de mí, expulsarme de esta comunidad que representaba mi única esperanza de supervivencia. La certeza de que mi vida estaba en juego se mezclaba con el peso de mis propios errores. A nadie le gustaba la idea de que yo estuviera ahí, y había llegado a un punto en el que me saturaba.
—¡Alex tiene que irse! —Dijo uno de los hombres del grupo, uno grande con un tono de piel más oscuro que el nuestro, estaba enfurecido por haber tenido que aguantar el miedo de que algo le pasara a su "hermoso" grupo—Ella llegó y nos trajo problemas, si algo sucede será su culpa.
—Liam, hay que pensarlo mejor, no podemos decidir ya echarla porque se nos vino en mente —Dijo Rick de manera seria—Alex, cuéntanos qué pasó.
En ese momento, me hacía muy mal saber que había tanta desconfianza hacia mí. Yo no quería ser un enemigo o alguien malo y los miré uno por uno encontrando sus rostros de desaprobación; algunos simplemente no estaban tan metidos en el problema, estaban de lejos hablando entre ellos, a diferencia de Carl, quien estaba extremadamente preocupado por lo que estaba sucediendo. Tomé un poco de aire y pensé en qué podía hacer, expliqué por arriba algo de lo que sucedió antes y que Daryl sabía e incluso expliqué que esa gente quiso abandonarme a mi suerte. De igual manera, la gente no me creía y lo notaba por sus expresiones. Llegó a un punto que me saturó y pedí que directamente me dejaran ir, ya que no podía ni quería vivir en esa situación. Tenía miedo de estar afuera, pero más miedo me daban ellos, quienes iban a estar a mi lado cada noche sin saber si iban a atacarme en algún momento. Ya no sabía dónde era mi lugar seguro. Todos abrieron los ojos al escucharme decir que no quería estar más aquí, nadie esperaba que dijera eso. Me sentía mal y sin ánimos, quería irme de ese lugar antes que tener que sufrir todo lo que me pasó antes de nuevo. Lo único que faltaba era que ahora iba a tener dos grupos en contra mía sin tener alguna maldita razón..
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Will All This End? Parte I
Bilim KurguOcho años. Apenas contaba con ocho años cuando mis ojos inocentes se encontraron por primera vez con la sombra de la muerte. A los once, fui testigo de cómo mis acciones desencadenaron ese oscuro e inevitable encuentro. Desde ese fatídico día, la mu...