Matar a un escorpión

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  RESIDENCIA STORMHILLS, OFICINAS CENTRALES DE MESH INDUSTRIES EN LONDRES.

  17 de febrero de 1986 (Escena oculta entre Leviatán Despierta y Claridad Roja)

  POV. MELINDA SHANNEL.


   Jezzabelle Devon es una completa perra, y créanme, sé de que les hablo, porque yo soy la jefa de las perras de este mundo. Siendo una Dominatrix y manejando un prostíbulo ella pretendía ser una santa y virginal paloma ante todos... ¿Enserio alguien era capaz de creerse semejante show? Claro, sin contar a mi ex novio, a Dominick y al idiota de Austin. ¡Ahora hasta las putas pueden ser vírgenes! ¿Quién lo diría?

   Su verdadera personalidad estaba saliendo a flote cuando la descubrimos engañando al señor Dagniton y su hijastro  para que cometieran actos vergonzosos entre sí, la señora Dagniton casi se muere cuando vio sus bragas en medio de toda la situación. Jezzabelle era un monstruo, es verdad, pero tenía bastante imaginación, lo de las bragas fue un clásico, una jugada magistral.

   En otras circunstancias incluso podríamos haber sido amigas, pero esa perra me había avergonzado frente a todo el mundo y no iba a permitir que me arruinara. ¡Ella ni siquiera es millonaria! Solo tiene un negocio que es relativamente rentable... ¡Su bolso Gucci es imitación por cierto! ¿Pero que va a saber una gata arrastrada de bolsos caros? ¿No es verdad? Después de todo dudo mucho que antes de ese club transportara su maquillaje de quinta en algo diferente a una bolsa de basura.


   Pero bueno, nada es eterno, claro está, y un "pequeñísimo" incendio le arrancó a la tipa su sus pequeños sueños hace un mes... ¡Qué lástima! Para su suerte encontró un buen inversionista que la ayudara a restablecer su negocio, a cambio de ser dueño del 50% de sus acciones, por supuesto.

   Pero la razón por la que realmente me compadezco de ella es porque dicho inversionista, soy yo. Así que es una lástima que haya decidido lanzarme esos escorpiones en el rostro en Los Ángeles, porque es momento de destruirla por completo, le voy a revelar a todos lo que sé de ella, su oscuro secreto.

   Vestido ceñido hecho completamente de cuero de serpiente, tacones altos, mis flecos perfectamente acomodados a juego con mi cabello suelto, labial rojo y un cinturón. Es normal que los hombres volteen a mirarme por donde quiera que camino.

—¡Señorita Melinda! —Me interrumpió el mayordomo mientras caminaba a paso firme hacia la salida para tomar el vuelo a Los Ángeles de regreso.

—¡Ay, ahora no! —Le dije malhumorada dándole un girón de ojos—. ¿No ves que tengo prisa? —Le dije sin detenerme.

—Si, señorita, lo lamento... ¡Pero es importante! —Me siguió caminando hacia atrás para poder mirarme.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora