Tres horas después
— Señor Potter — Dijo el padre Grindewald en modo de reproche y queja. — Otra vez, desde el principio. Con esta mano, yo sostendré tus anhelos, — miro el libro en su mano y siguió hablando, ahora mirando hacia Harry. — tu copa nunca estará vacía porque yo seré tu vino, con esta vela alumbraré tu camino en la oscuridad, con este anillo te pido qué seas mía. Ahora hágalo usted. — Frunció el ceño hacia él.
— Sí, si señor. — Dijo Harry, asintiendo, luego elevó la vela que tenía en la mano. — Con esta vela... — Acercó la vela hacia la vela que estaba encendida, todo bajo la atenta mirada de todos. La vela no encendía. — Con esta vela... — Volvió a acercar la vela a la llama de la otra, sin lograrlo. Frunció el ceño. — Con esta vela... — La vela seguía sin encender. El padre gruñó. Se dió vuelta hacia sus padres.
— ¿Tendré que encenderla yo? — Dijo Lily enojada haciendo movimientos con las manos exageradamente.
— No te desesperes. — Le contestó James a Lily.
Harry luego miró a los Weasley, quienes lo miraban con una cara de pocos amigos. Miró a Ginevra. Luego volvió la mirada al frente y encendió la vela. Se paró derecho, orgulloso de encender la vela.
— Con esta vela — Río orgulloso. Y la vela se apagó por el suspiro de la risa. Todos se quejaron, ya artos por la torpeza de Harry.
— ¡Continúe! — Le gritó el padre quien ya estaba sumamente arto. La timbre sonó, al padre le había agarrado un tic en el ojo.
— Ve a abrir, Severus. — Dijo Arthur a su mayordomo.
— Creo que por hoy omitiremos la parte de la vela. — Dijo Grindewald.
En eso llega Severus, con una tarjeta de presentación.
— Es un tal Lord Riddle, señor. — Severus le entregó la tarjeta a Arthur.
— Lord Tom Riddle — Leyó Arthur en su mente. Hizo un ruido interesado e impresionado.
En eso Severus se va y entra Tom.
— Soy malo para recordar fechas, al parecer me adelanté un día a la ceremonia. — Dijo mirándose las manos desinteresadamente.
Arthur se acercó al oído de Molly para hablarle, mientras ella veía la carta de presentación.
— ¿Este tipo es algún familiar tuyo?
— No lo recuerdo — Contestó Molly. — Severus, una silla para Lord Riddle.
En eso Tom hace un movimiento de querer sentarse en el aire, y llega Severus rápidamente con una silla, y Tom queda sentado en ella. Tom se sacude la pierna como si tuviera polvo y Severus se va. Todos miraron al recién llegado.
— Por favor, continúen. — Dijo Tom, haciendo un movimiento de mano.
— Inténtelo de nuevo ¿Le parece, Señor Potter? — Dijo Grindewald y todos miraron a Harry. Ginevra encendió la vela de Harry con la llama de la suya.
— Sí, si señor, lo intentaré. — Levantó la mano izquierda.
— Derecha. — Le susurro el padre regañándolo.
— Esta derecha. — Dijo Harry queriendo seguir. Cuando se dió cuenta, tiro la vela hacia su otra mano y levantó la derecha. — La derecha, con esta, eh... — Se puso a dudar, ya no sabía que seguía. El padre Grindewald se puso a quejar.
— Mano, señor. — Miró para otro lado quejándose.
— Con esta mano — agarró la mano izquierda de Ginevra y caminaron — Yo sostendré... — La pelirroja dió tres pasos y se detuvo, pero Harry dió uno de más y se tropezó con la mesa delante suyo. Todos se quejaron por su torpeza.
— ¡Tres pasos! ¡Tres! — Le gritó el padre. — ¡¿No sabe contar?! — Ginevra estaba sorprendida. — ¡¿Acaso no desea desposarla, señor Potter?!
— ¡No, no! — Dijo medio nervioso.
— ¿No lo deseas? — Preguntó Ginevra decepcionada.
— ¡No! — Se dió cuenta de lo que dijo y se corrigió. — Me refiero a que no, no es que no lo desee casarme, es decir que si lo deseo... — Grindewald interrumpió su vomito verbal golpeándolo con su bastón. — Ay. — Se sobó la cabeza.
— ¡Preste atención! ¿Al menos no olvidó traer el anillo?
— ¿El anillo? — Preguntó Harry. — Sí. — Y comenzó a buscar en el bolsillo de su saco. — Aquí está. — Dijo sacándolo.
James le guiñó el ojo a Lily, dándole a entender que gracias a él lo tenía.
Harry mostró el anillo, pero al estar nervioso le transpiraban las manos, el anillo se resbaló de sus dedos y cayó al suelo, se agachó y lo levantó, pero igual resbaló.
— ¡Que no se le caiga el anillo! — Dijo el padre. — El anillo rebotaba. — Este chico no quiere casarse. — Dijo el padre mirando el techo y moviendo el bastón exageradamente.
El anillo rebotó hasta quedar debajo del vestido de Molly. Harry corrió y se tiró al suelo para atrapar el anillo, metió la mano debajo del vestido de la pelirroja mayor y lo agarró. Molly hizo cara de sorpresa y desaprobación.
— ¡Lo tengo! — Dijo feliz
Ahora sorprendida y medio asustada, Molly hizo un ruido. Harry comenzó a oler, olía a quemado. Miró asustadizamente al vestido de Molly, donde había olvidado la vela prendida, y ahora la mujer trataba de mover el pie para que se apague el fuego.
— ¡A un lado, tonto inútil! — Dijo Arthur empujándolo para poder apagar el fuego, le comenzó a pisar el vestido, pero lo estaba haciendo donde no debía y no llegaba a pisar el fuego. Molly miró para otro lado.
— ¡Cielos, que barbaridad, se incendia, auxilio, es una emergencia! — Dijo James.
Severus pasó por detrás de Harry y lo empujó haciéndose paso.
Lily abanicaba el vestido.
— Espero que no se le manche. — Dijo Lily. Molly la miró horrorizada.
— ¡No abanique! — Dijo Molly, y golpeó el abanico.
El padre ya harto miró al techo y cerró el libro, suspiró.
— ¡Agua! Trae agua. — Le dijo Lily a James.
— Voy corriendo, querida. No tardaré. — Le contestó su esposo yéndose.
Tom agarró una copa con una bebida dentro y se la tiró al vestido, así apagando las llamas. Arrojó la copa detrás suyo y Severus la agarró con una bandeja en el aire.
Todos lo miraron sorprendidos. No n eso el padre se mete en el medio de todos.
— ¡Basta! — Dijo arto de todos eso. — ¡Esta boda no se celebrará hasta que él esté preparado! — Ahora todos miraron a Harry, quien estaba asustado. El padre comenzó a acercársele — Jovencito, tiene que aprenderse el juramento. — Lo señaló. Y luego los Weasley lo miraron mal, y sus padres igual. Caminó para atrás hasta toparse con la puerta, y luego abrirla e irse.
Ginevra tenía una mano en su boca, algo sorprendida por lo ocurrido. Tom habló.
— Vaya, el esposo ideal. ¿No cree? — Dijo hablándole a Ginevra. La pelirroja comenzaba a perder las esperanzas de casarse.
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El cadáver del novio
Fanfiction¿Qué pasa cuando estás a punto de casarte y los nervios te carcomen tanto que te olvidas los votos? ¿Qué ocurrirá cuando digas bien aquellos votos, pero a la persona equivocada? Y terminas casado con un cadáver ¿Decidirás morir? O ¿Hacer todo lo pos...