Me levanté temprano, ya que había activado una alarma en mi teléfono.
Me duché y me vestí con un pantalón pitillo blanco, una camiseta básica negra, mi chaqueta de cuero y las botas de ayer.
Bajé a desayunar donde me encontré con mi madre.— Me sorprende que hoy no vayas a llegar tarde. - Río
Rodé los ojos malhumorada.
— Era una broma hija. - Hizo una pausa. —De todos modos llegaré para la hora de cenar y así no veré tu mal humor. - Volvió a reír.
Me levanté y me lavé mis dientes en lo que mi madre se fué, y luego me fuí yo para clase.
Me encontré en la puerta de el colegio a Régis, y me saludó con un beso en la mejilla.
— ¿Que tal estas? - Sonreí.
— Ahora por suerte bien. Ayer me quedé todo el día cuidando de mi primo pequeño y acabé con dolor de cabeza. - Río.
— Que suerte. Reí. - Me gustaría tener familia aquí, ahora mi madre trabaja y me quedo sola. - Sonreí con pena.
— ¿Quieres quedar luego? Si quieres voy a buscarte a tu casa. - Levantó una ceja.
— Pues claro. Ahora le dí yo un beso en la mejilla y ambos entramos a clase.
Me senté alado de una chica rubia que parecía maja. Al rato me arrepentí, no paraba de hacer bromas de mal gusto a una chica que tenía alado.
Terminó la clase y fui una de las últimas en salir, junto con aquella chica que estaban molestando.— No deberías dejar que te traté así. - Le dije.
— No pasa nada, estoy acostumbrada. - Sonrió con pena.
— Sé lo que se siente, no dejes que te trate así. - Le dije mientras caminábamos juntas hacia la cafetería.
— Le caigo mal porque soy la hermana de su novio. - Río.
— ¿Y porque le caes mal por eso? - Reí.
— Pues no lo se, creo que es porque cumplimos años el mismo día y mi hermano nunca está en su cumpleaños porque se queda conmigo. - Río.
— Pues que tontería. - Volví a reír.
— Debería de tratarla yo mal, todo el mundo me odia por cosas que dice de mi, y siempre que organizo una fiesta de cumpleaños solo asiste mi hermano. - Dijo mientras se sentaba en una mesa.
— Ven conmigo. - Dije mientras miraba a Régis.
Ambas nos sentamos con Régis.
— Si nos llevamos bien prometo asistir a tu cumpleaños. - Reímos ahora las dos.
— Espero que si, es dentro de una semana. - Levantó las dos cejas.
— Cuenta conmigo. - Le choqué las cinco.
Los tres fuimos a nuestra siguiente clase, Francés.
La clase terminó temprano, luego Carla, Régis y yo nos dimos nuestros números.
— Carla, lo dicho, no vuelvas a dejar que esa furcia se meta contigo. - Reímos.
Carla me acompañó casi todo el camino, porque resulta que vive en mi vecindario.
Entré en casa y ahora llegó el momento más temido, cocinar, ya que mi madre no volvía hasta las nueve.
Mientras cocinaba cantaba mis canciones favoritas, por lo que se me pasó rápido el tiempo.
Recibí un mensaje de Régis.
— Necesito tu ubicación.
Le pasé mi ubicación.
Seguí comiendo cuando recibí otro mensaje.
— En diez minutos estoy ahí.
Me lavé los dientes y esperé afuera de casa, ya que quedaban solo cinco minutos para que llegara.
— Hola Hannah. - Saludé a la niña, que ya no me sorprendía que estuviera sola.
— ¿Otra vez sola? - Dijo levantando una ceja.
— No, esta vez hice planes. - Le saqué la lengua en forma infantil.
— ¿Entonces hoy no me acompañas al parque? - Dijo frunciendo el ceño.
— No puedo, pero mañana te llevaré, prometido. - Sonreí.
Hannah se fué, y después de un rato llegó Régis andando.
Iba a ir a junto el, pero me resbalé con el suelo húmedo y me caí.
Me ayudó a levantarme pero me dolía la pierna.
— Te caiste aposta para no quedar conmigo, ¿verdad? - Río.
Abrí la puerta de casa.
— Entra. - Dije mientras me tocaba la pierna herida.
— Deberías ponerte hielo. - Dijo.
Subí a mi cuarto y me puse un pantalón deportivo corto.
Los dos nos sentamos en el sofá y nos pusimos a ver una película de comedia mientras yo colocaba el hielo en mi rodilla.Llevábamos 10 minutos de película cuando el timpre nos interrumpió.
Abrió la puerta Régis.
— ¿Donde está? - Se escuchó una voz masculina.
Miré por encima del sofá y ahí me encontré con los ojos de Kool.
— ¿Que pasa? - Dije levantando una ceja.
— ¿No puedes estar con mi hermana por quedar con este capullo? - Cruzó los brazos.
— ¿Te das cuenta de lo absurdo que suena eso? - Reí.
— ¿Te parece correcto quedar con chicos cuando tú madre no está? Quizá tenga que hablar con ella. - Hizo un gesto despreocupado.
— No puede quedarse sola, se calló y le duele demasiado una pierna como para poder levantarse. - Dijo Régis.
— Piérdete tío, ahora. - Dijo mirándolo mal.
Régis le hizo caso y se fue, dejándome a solas con el.
— ¿Se puede saber qué haces? - Dije mientras se sentaba a mi lado.
— ¿No creías que te dejaría con ese capullo no? Aparte necesitas a alguien, te duele la pierna. - Dijo despreocupadamente.
Cogió el mando y puso la película.
— Esta película es una mierda. - Bufó.
Cambió de película a una de miedo.
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𝐘𝐔𝐀𝐍𝐅𝐄𝐍
RomanceMe llamo Liliam, soy Gallega pero ahora vivo en Francia con mi madre, ya que nos mudamos intentando huir de nuestro pasado. A pesar de los días el pasado se podría volver presente, y la vida sería tan injusta conmigo que me obligaría a enamorarme...