epilogue

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En la fachada del edificio central se podía ver, incluso a la distancia, como un enorme cartel adornaba la parte más alta

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En la fachada del edificio central se podía ver, incluso a la distancia, como un enorme cartel adornaba la parte más alta. Cientos de personas esperaban impacientes en las calles; hacían enormes filas bajo el caluroso sol de verano, lo cual era común en una ciudad como Tokio. El corazón de Yuta se llenó de felicidad al ver como el nombre de la mujer que le enseñó el verdadero significado del amor estaba impreso en la lona. Y lo llenó de orgullo saber que, finalmente, pudo cumplir su gran sueño de convertirse en una exitosa mangaka.

Arôme de rose era el título de su segunda obra. Y prometía convertirse en uno de los tomos más vendidos en el mercado.

Tras la popularidad que obtuvieron sus primeros proyectos, Kita Nanami se había hecho de una comunidad de seguidores a lo largo del mundo. No había mucho que Yuta sabía de su vida personal, pero la había visto dar conferencias en distintas ciudades del país y encabezar las portadas de las revistas de renombre.

Él ya estaba instalado en la gran ciudad de Nueva York con Natsume cuando se enteró de su matrimonio con Jeno. La vida pareció sonreirle de igual forma y al poco tiempo se comprometieron. También se empeñó en hacer contactos en el continente americano y fundó un despacho jurídico que obtuvo buenas recomendaciones, además de mantenerse al tanto de sus deberes como abogado, mientras que Natsume se dedicó a viajar con su vieja cámara hasta conseguir patrocinadores e inaugurar su estudio fotográfico.

De manera inesperada, formaron una hermosa familia junto a su viejo perro y dos hermosos niños revoltosos. Nakamoto nunca creyó que podría llegar a amar tanto a dos seres humanos tan pequeños, pero no fue difícil que Ayato y Rui se ganaran su cariño. Y se prometió ser mejor esposo y padre cada día.

Con el paso de los años, se propuso conocer mejor a sus amados niños y pronto descubrió que, mientras Rui mostraba una enorme afición por los animales, Ayato sentía una profunda conexión con el arte. Cada vez que lo veía pintar algo en casa, inevitablemente le recordaba a esa peculiar chica que le enseñó el poder que un pincel tenía, así que decidió que lo apoyaría. Y lo impulsó a mejorar sus habilidades cada día.

Una vez más, Nanami llegó a su vida por medio de su hijo. Y cuando lo descubrió leyendo una de sus obras, sintió un calor familiar en su corazón. Así que, apenas se enteró del evento donde ella asistiría, le prometió a Ayato que lo llevaría a Tokio para verla. Y le aseguró que era la persona más dulce que conocería en su vida.

Ayato tomó su mano y la sacudió. Yuta bajó la mirada hacia esos ojos marrones, tan parecidos a los suyos y le sonrió. La fila avanzaba con rapidez y el niño parecía estar nervioso. Le acarició los cabellos con ternura.

ーEscuchaーLe dijo y se inclinó a su alturaーYo no podré entrar contigo, pero dile que le mando mis saludos y que espero que esté bien.

ーDe acuerdoーRespondió su hijo, con una sonrisa tiernaー¿Crees que le guste el dibujo que hice para ella?

arôme de rose » nakamoto yuta, lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora