Aria
Me levanto a las siete y media de la mañana, ya que tengo que empezar las prácticas en el bufete de mi madre y enseñar al friki del nuevo las instalaciones.
Me pongo vestido ni muy arreglado ni muy formal justo para estar decente.
Mientras voy de camino me empiezo a imaginar cómo será el nuevo, estoy segura de que será el típico rarito empollón que lleva gafas y es bajo, lo tendré muy fácil, ya que seguro hace caso en todo lo que le mande según como me lo ha descrito mamá.
Aparco el coche en el reservado de mi madre y voy para el ascensor. Llego a la planta y me dirijo al despacho de mi madre y entro sin avisar.
-Mamá, donde está el nuevo friki.- digo sin levantar la cabeza mientras cierro la puerta.
-Aria, hija.- dice mamá regañándome.
- Creo que se refiere a mi señorita Wilson, encantado soy Deiton.- dice el chico girándose.
Cuando lo veo de frente me quedo paraliza, es todo lo contrario que me he podido imaginar. Es muy atractivo de cara y para nada bajo, me sacará como dos cabezas, lleva unos pantalones de pinza color negro y una camiseta básica blanca. Tiene unos ojos azules que podían matar a cualquiera con la mirada y el pelo negro como la oscuridad, se podían ver un par de tatuajes asomarse por su camiseta.
-Emm... encantada, soy Aria.- digo sin todavía creérmelo.
-Aria, ya puedes empezar a enseñarle el bufete a Deiton.- me dice mamá.
-Claro, por aquí.- le digo señalándole la puerta para salir.
-Tu primero, por favor.- me dice con una sonrisa.
Empiezo enseñándole todas las plantas, indicando donde están los ascensores y los despachos de alguna gente importante.
-Llevas todo el camino sin decir nada.- le digo mirándolo.
-Qué quieres que diga, prefiero que acabes con esto ya.- me dice serio y cortante.
- Pensaba que eras más educado, hablando con mi madre tenías más respeto.- le digo disgustada.
- Tú no eres mi jefa para que sea educado contigo.- me dice sin mirarme a la cara.
-Vale, pues acabemos esto rápido.- contesto ya cansada.- Aquí está tu despacho, el mío está justo ahí delante, por si me necesitas.
- Eso significa que tengo que verte la cara todos los días, pues perfecto.- dice irónicamente.
-Lo mismo digo.-le digo marchándome.
Por muy guapo que fuera, tiene una actitud de mierda, algo me decía que nos íbamos a llevar muy mal.
Deiton
Desde que la vi en la discoteca no he podido parar de pensar que hoy la vería cara a cara y tendría que empezar con todo. Cuando ha entrado por la puerta del despacho de su madre he sentido rabia por no poder mandarla a la mierda e ir a por todas. Tenía pensado actuar frío y cortante como un chico malo, porque era la actitud que a ella le gustaba, pero no ha hecho falta fingir casi nada, ya que me salía solo y eso es un punto a mi favor.
Empiezo a preparar las cosas básicas que he traído para colocar en el escritorio, cuando de repente pican en la puerta.
- Vengo a informarte de que yo seré quien te mande las tareas, así que más te vale hacerme caso o estás fuera.- me dice Aria con tono despectivo hacia mí.
-O sea que ahora seré tu secretario no.- le pregunto con sarcasmo.
-Sí, así es. Lo primero que quiero que hagas es que me traigas un café de la cafetería, gracias.- me dice cerrando la puerta de un portazo.
De repente siento que me hierve la sangre, pero respiro hondo y voy a la cafetería. Cuando ya lo tengo listo voy a su despacho y entró sin avisar.
-Toma.- le digo poniéndolo encima de las hojas que estaba leyendo.
-Gracias.- me dice con una sonrisa forzada y bebe del vaso.- Que mierda es esto, no
es el café que te pedí.
-Pensaba que dijiste té.- le digo con una sonrisa.
-Se ve que no escuchas bien, Deiton.- me dice.
-Para ti señorito Anderson, preciosa.- le digo largándome de su despacho y dejándola con la palabra en la boca.
***
De repente Aria abre la puerta, tiene una cara que echa chispas. Se apoya en mi escritorio y me señala con su dedo.
-No pienses que vas a tratarme como esta mañana nunca más, soy yo la que mando aquí no tu, tu no eres nadie, Deiton.-me dice cabrada.
-Vaya parece que a la niñita mimada no le gusta que le lleven la contraria, no.- le pregunto riéndome.
-No llevas ni un día aquí y ya quiero perderte de vista, idiota.-me dice.
-Lo mismo digo, bonita.- le sonrió falsamente.
-Aaag... deja de decirme esas cosas, me pone nerviosa-
-Te pongo nerviosa.-
-No.-me dice con cara de desprecio.
-No era una pregunta.- le digo.
-Me largo, no te aguanto.- me dice mientras se va.
No se me hará tan difícil ganármela.
***
Nota de las autoras:
Primer encuentro entre Aria y Deiton.
¿Qué os ha parecido este primer intercambio de palabras entre ellos?
Besos,
N y R
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Sensaciones entrelazadas
Novela JuvenilUn accidente de coche cambió la vida de Deiton Anderson convirtiéndolo en un chico roto, sin sentimientos, cruel y con sed de vengarse de la culpable de la tragedia. Cada día Aria Wilson, una chica cobarde, insegura, confiada y muy enamoradiza, se o...