Cerró su segunda maleta de color gris y se dejó caer en la cama. Estaba agotada. La doctora le había dicho que esos esfuerzos le podrían hacer mal pero no tenía otra alternativa; nadie sabía que se iba del país y así debían quedar las cosas.
Lucy Styles, sola en su apartamento, dejo que la angustia la llevara. Ese último sábado en la casa de su familia había sido todo para ella. Verlo con otra chica, sonriendo, mientras ella alardeaba de su pronto casamiento, todo eso había sido la gota que rebalso el vaso. Zayn se merecía a alguien que supiera amarlo de verdad. No una simple aventura de borrachera.
No se merecía que ella fuera y le dijese la verdad, por una simple noche. No. Ella se haría cargo sola de aquello. Cerró su brazo sobre su vientre y sintió, dentro de ella, un pequeño movimiento. Nadie, excepto Harry, su hermano, sabía del embarazo. Y le había hecho jurar que las cosas se mantendrían en silencio.
Una lagrima cayó desde sus ojos. Lo amaba tanto y era obvio que las cosas no eran correspondidas. Lucy se había ido antes de que las explicaciones llegaran y, desde entonces se había rehusado a hablar sobre ello con el chico. El continuó con su novia como si nada y ella… ella se enteró de que esperaba un hijo de él.
No podía hacerle eso cuando él la había cuidado y querido tanto. Sería su hijo, solo de ella.
Unos « toc toc » se escucharon en la puerta y ella se levantó con pesadez. Seguramente era Harry que venía a despedirla. Lloraría, la doctora le había asegurado que las mujeres se ponen más sensibles en estas ocasiones. Y Harry, seguramente, lloraría pero lo disimularía tratando de comportarse como si fuera fuerte.
Lentamente abrió la puerta, esperando una reprimida instantánea de su hermano que nunca llegó. Miro, sorprendida, como un par de ojos color miel cálidos la observaban desesperados, seguidos de un marron y una mueca que se abría lentamente para inhalar aire.
-¿Zayn? -pronunció ella sin darse cuenta. El frunció el ceño y Lucy no pudo evitar pensar que, incluso así, era hermoso.
Notó como los ojos del chico se desviaban hacia algo detrás de ella que supuso eran las maletas. « ¿Justo en este momento tienes que venir? » Pensó suplicante.
-¿Qué haces aquí? -logró decir sin que su voz se quebrara.
Zayn volvió a mirarla con sus ojos fríos y calculadores.
-¿Puedo pasar? -pregunto de forma cortante.
Lucy lo miro y supo que si lo dejaba entrar nunca se iría de allí. Él había notado las valijas y sabía que se iba. No la dejaría marchar así como así. Estuvo tentada a decirle que se fuera, que la dejara en paz, pero Zayn era de esas personas que expresan totalmente lo que sienten y en él se veía tristeza. Eso le partía el corazón. Asique, sin agregar nada, le abrió la puerta y lo dejo pasar.
Zayn examinó la habitación con leve interés, fulminando a su paso las valijas de Lucy y luego mirándola a ella que, rápidamente, cerraba la puerta del apartamento y lo miraba.
-¿Así que te vas? -preguntó como quien no quiere la cosa.
-Sí.
-¿Puedo preguntar por qué? -contraataco
Lucy suspiro con pesadez y agradeció a Merlín las clases de Harry sobre «como mentir sin parecer una tonta niña cursi»
-Voy de visita a Estados Unidos. Iré… unos días a la casa de mi tía Sally para visitar a mis primos y a mi abuela, tú entiendes.
-Claro, por supuesto -los puños de Zayn se cerraron con fuerza y una mueca apareció en sus labios. Estaba enfadado. Se acercó a la puerta.
- Zayn, no quiero ser grosera, pero tengo que irme, mi vuelo sale pronto y…