Intento contener todo lo que siento en mi interior, ese fuego que quema a un nivel que duele hasta el alma, que se siente como si las llamas se apoderan de mis pulmones y no me dejan respirar, como si mi cuerpo fuera atrapado en un incendio incontrolable.
Cierro mis manos haciéndolas un puño reteniendo todo lo que quiere salir, mis uñas enterrándose en mi piel mientras mi madre no deja de hablar.Hace poco que papá murio y tenemos las mismas putas conversaciones, todo me parece una historia mal hecha que se repite a diario, las misma palabras resuenan en mis oídos y creo que mis gestos le dejan más que claro que no me importa ni una mierda. Me pongo los auriculares con la música a todo lo que da en lo que termino de limpiar la mesa, aún así puedo escuchar su voz. Aparto mi vista al vacío y mis reflejos captan que su atención está puesta sobre mí.
Me quito un auricular para escucharla.
— 𝒀𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒈𝒐 𝒚 𝒕𝒖́ 𝒕𝒆 𝒕𝒂𝒑𝒂𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒊́𝒅𝒐𝒔.
"Si quisiera hablar me hubiera ido al Psicólogo."Es lo primero que piensa mi mente y estuve a punto de gritarlo, no tengo idea de dónde saque fuerza para controlarme. Solamente pongo los ojos en blanco y sin contestar nada me vuelvo a mi música, es obvio que mi mal noche ya hace efecto.
Mis hermanas mayores entran en la cocina y todo toma un rumbo diferente, agradezco que hayan llegado a salvarme de ese momento y a llenar de alegría la vida de mamá ya que yo no puedo.
No tengo nada contra ellas es más, en mi pequeño corazón les tengo un lugar especial pero decir que 20 años de comparaciones no duelen sería mentira. Todo el mundo las conoce, todo el mundo quiere ser amigo de ellas y todo el mundo las admira como si fuesen diosas.Scarlett es la mayor, es la más inteligente, la que tiene más amistades, más títulos, la más expresiva; tocar el piano y cantar se le da tan fácil. Ella es toda una devota a Dios, claro que eso es solo lo que los demás ven.
Emilia es la segunda, es trabajadora, muy emprendedora, muy valiente y audaz. Su voz quizás no enamora pero sus curvas tienen a todos de rodillas. Ella reconoce que no es ninguna santa, pero en veces se define así misma como la perfección.
Y y al final estoy yo... Ni siquiera sé cómo definirme... Yo soy Aless.
He pasado por tanta mierda a mi corta edad, me he caído, me han humillado, rechazado, despreciado y roto vez tras vez. Me han obligado a pedir perdón cuando no fue mi culpa, me han obligado a renunciar a mis sueños porque no tengo derecho a brillar más fuerte que los demás, me han obligado llevar cargas ajenas, a ayudar a otro roto cuando yo estoy destruida; me han jodido la existencia pero sigo aquí.... llevó cicatrices en mi cuerpo y alma que serán imposibles de borrar.
No mori en depresión, anorexia, bulimia, insomnio, ansiedad, cortes en mi piel y un sin fin de mierda pasé, no lo hice porque el día que muera será el día que deje de luchar y no, no pienso morir por ahora...
𝑵𝒐 𝒔𝒊𝒏 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒓 𝒎𝒊 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂.
— 𝓛𝑖𝑜𝑛'𝑠 𝓗𝑒𝑎𝑟𝑡.
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EL DIARIO DE ALESS
RandomSiempre hay una parte de la historia que nunca ha sido contada, esta es la mía.