Apocalipsis

1.2K 137 20
                                    

Ajusto mi cinturón y tomo mi cuchillo, en estas situaciones era la mejor opción.

La rabia me está consumiendo.

Respiro hondo antes de comenzar a caminar una vez más.

Se lo había advertido, miles de veces le dije que no lo haga, que espere por mí.

Pero como siempre que yo decía algo, ella hacia todo lo contrario.

Incluso cuando eso involucraba ponerse en peligro.

Teníamos por delante días de excursión, revisando casa por casa, pequeñas tiendas.

Aun no podíamos arriesgarnos a algo grande.

Llevábamos así unos 9 meses.

Nos habíamos mudado a Boston, estábamos acostumbradas a convivir pero nunca solas, lejos de todos. Comenzamos ahí nuestra vida juntas, libre de toda mirada y prejuicio.

Cuando comenzó todo esto, a penas salíamos de la universidad, ese día yo tenía un examen muy importante y tome la decisión de esperar a mi novia para tomarnos un café antes de volver a nuestro apartamento.

Primer escuche el estruendo, gritos, luego los vi.

No supe identificar desde el primer momento qué eran o qué sucedía, pero mi instinto me hizo correr dentro del edificio y buscarla a ella. Entre gritos y corridas desesperadas, pude encontrarla.

Ambas sentíamos el miedo carcomernos en el momento que la policía nos encerró en nuestro campus universitario. Aseguraron que era lo mejor mientras intentaban tomar control de la situación.

Eso jamás paso.

Pasaron días, incluso un par de meses. Pero las provisiones comenzaron a escasear y la alteración volvió.

La miseria humana se hizo presente, los duelos por el liderazgo eran habituales, hasta que no soporte más.

Aun no sabíamos exactamente que estaba sucediendo, pero no podíamos seguir ahí.

Convencí a mi novia de escaparnos, juntas.

Algunos del grupo quisieron sumarse. Tomamos la guardia y esperamos el momento adecuado, de madrugada.

No era totalmente de día, pero teníamos la luz suficiente para poder escapar sin problemas.

El primer encuentro contra esas cosas fue caótico, perdimos a dos de nuestro grupo. Corrimos hasta que no pudimos escapar más y debimos enfrentarnos.

Con el tiempo aprendimos a combatirlos, debíamos apuntar siempre a la cabeza.

Empezamos a saquear tiendas pequeñas, y luego más grandes.

Algunos del grupo nos fueron abandonando, otros dieron la vida por nosotros.

Meses más tarde, encontramos un campamento. Era seguro pero, debíamos salir al menos una vez por semana en busca de comida.

Eso estábamos haciendo.

Juntas.

Solo que ella siempre quería hacer las cosas por su cuenta.

No nos hablábamos desde que salimos.

Habíamos peleado feo en el momento que ella aseguro que iba a venir conmigo. Me negué rotundamente, pero como siempre, ella no me hacía caso.

Iba a escaparme con Nicolás, mi compañero de saqueos, pero ella fue más rápida.

En cuanto caí en cuenta salí en su búsqueda.

Apocalipsis - One shot cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora