Desahogo hacia ti 🌾

352 117 425
                                    

"¿Qué ocurre contigo? ¿Estás bien?
¿Me perdí de algo?"

Eso es lo que me he estado preguntando últimamente, dado que desde hace un tiempo ya no eras el mismo, la última vez que hablamos creo que fueron un mensaje mío, dos audios tuyos y chau. Pensé que de seguro estabas mal, o triste, o en depresión...

Tus estados emocionales siempre eran negativos.

Nunca llegué a saber la razón pero de todas maneras... me caíste bien, a pesar de ello éramos amigos y nos entendíamos.

O más bien... tú me entendías a mí.

Nos conocimos en un grupo, eras, literalmente, el crush de todas.
Bueno, casi todas.

Yo no te conocía, mucho menos sabía de tu existencia, hasta que mandaste audio, dado que tu voz era el motivo por el cual las chicas se volvían locas.

Es bonita, lo admito, pero no era la gran cosa como para que el grupo enloqueciera y actuara como pez necesitado de agua.

Pensaba de ese modo hasta que me tocó escucharla más seguido, hasta que por un momento me escribiste preguntándome si estaba bien... admito, me uní al resto de peces necesitados de agua, en ese entonces.

En algún momento me fui pero nos seguíamos hablando, lo cual era bueno.

Te tenía tanta confianza para contarte desde lo más serio hasta lo más bobo.

Problemas familiares, pésimos chistes, opiniones religiosas, anécdotas con antiguos intereses amorosos, locuras, yo intentado conseguirte novia... había tanto historial en ese chat, demasiado diría yo.

Por primera vez en mi vida podía ser yo sin que me juzgaran, más bien sin que me juzgaras.

Mi pasado lo he ilustrado en letras, contándotelo a ti, confiando en que lo mantendrías en secreto.

¿Lo hiciste? ¿Guardaste el secreto?
Sí, al igual que yo lo hice contigo.

Me diste tu confianza, abriste tus demonios y problemas hacía mí, los tomé, recibí y guardé en esa caja de memorias y recuerdos llamado cerebro.

Fuiste la primera persona en ver ternura en mí.

¡TERNURA! Increíble, cumplí un sueño que deseaba de pequeña pero que al crecer dejé de lado, haciendo que en lugar de belleza viera un monstruo horroso al cual llamaba "yo".

Tú también tenías los mismos problemas, solo que más graves y sin tener a nadie que te hiciera cambiar de idea.

Te decía lo contrario, que también eras guapo y que el físico no lo es todo en esta vida, pero me decías... que de todos modos habían miles y miles de chicas que deseaban al chico del cuerpo perfecto y que tú al verte al espejo... te deprimias por eso.

Hubo cosas que llegué a saber de ti, como tu animal favorito que es el pingüino.

O que no creías en Dios.

O que tu nombre real no era Aiden, ni Luzbel, ni Crane.

O que no te gustaba que las personas formarán parte de tu vida.

Llegué a ver tu físico, en fotografías claro está.

Tu rostro con una forma medio rara y peculiar, tu pelo que en ese entonces era mitad negro y mitad rojo, tus brazos, que eran adornados con tatuajes, tu torso... delgado, blanco y limpio, daban ganas de posar ahí mis manos y acariciarlo.

También llegué a ver algo... ¿cómo decirlo?... privado de ti, que ojalá nunca lo hubiese visto pero bueno, lo hecho hecho está.

Por primera vez estaba satisfecha de tener la confianza de alguien, aún si esa confianza era demasiado íntima.

Pasaron los meses, hablaba con otras personas pero de todos modos guardaba tu recuerdo... en mí.

Pasaron los meses, hablábamos de a pocos, te ausentabas, llegué a un punto de pensar que tú, que tú...

Afortunadamente no fue así, seguías vivo, aunque a veces me decías que deseabas estar muerto.

Pasaron los meses y con eso un nuevo año, tu pelo se volvió completamente negro, actuabas raro cuando me hablabas, parecía que querías evitarme o... alejarte.

Tal vez no veía nada en ese entonces, porque pensaba que entre nosotros todo iba bien, a pesar de que ya no confiabas en mí como antes.

Tal vez estabas en un estado de ansiedad y por eso ya no me hablabas, o al menos eso es lo que pensaba, pero todo cambió cuando vi tu estado... con ella.

Estabas en un bus, al bajar abrazaste a una persona, que resultó ser mujer.
Se te veía feliz, lo cual era bueno.

Entonces... ¿por qué me puse mal? ¿por qué sentí romperse una parte de mí?

Tal vez querías empezar una nueva vida con esa chica, dejándome a mí de lado.

Ni en Instagram ni en Whatsapp respondías, empezaba a enloquecer en tan solo dos días.

¿Qué ocurre contigo? ¿Me estás  dando una indirecta dejándome afuera? ¿Hice algo malo y no me he dado cuenta?

No lo sé y tengo miedo de saber la respuesta, aunque dudo recibir una.

Espero nunca llegues a leer esto, no solo por la vergüenza, sino también para no sentir la sensación de estar desnuda bajo la luz de la luna siendo observada por tu presencia.

Leí que las almas gemelas no son precisamente las personas de las que te enamoras, tu alma gemela puede ser un amigo o alguien de la familia.

En este caso, tú eres mi alma gemela, Aiden.

Agradezco de haber sido parte de tu vida aunque sea en un tiempo determinado, te recordaré como la persona incondicional que me hizo ver la vida desde otro punto de vista con argumentos muy válidos.

Y ya que esta historia se trata de ti, lo justo sería terminarla con una frase tuya.

"Espero que algún día pueda hacerle el amor a una persona sincera, que no me juegue trucos. Estoy borracho de amarme a mi mismo, sin un alma gemela es pesado."

Noah~

Aiden~ |One Shot|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora